Las autoridades del condado de Butte, en el norte de California (EU), facilitaron hoy la última cifra de muertos en el gigantesco incendio de noviembre, que se sitúan en 85, tres menos de los indicados con anterioridad, mientras que 11 personas siguen en paradero desconocido.
En un comunicado, la oficina del alguacil explicó que los forenses han determinado mediante análisis de ADN que los restos humanos que anteriormente se había pensado que pertenecían a seis personas distintas, en realidad se correspondían únicamente a tres víctimas mortales, lo que rebajó la cifra total de fallecidos.
Por otro lado, el número de desaparecidos se ha reducido sustancialmente en las últimas jornadas, al pasar de alrededor de 200 el pasado viernes a los 11 actuales.
Este descenso se debe fundamentalmente a que la situación ha dejado de ser tan caótica como lo había sido desde que se declaró el pasado 8 de noviembre el fuego, que obligó a desalojar a decenas de miles de personas, entre ellas todos los residentes del pueblo de Paradise, de 26 mil habitantes.
Muchos de los vecinos de esta localidad son gente mayor con problemas de movilidad y sin teléfonos celulares, por lo que contactar de forma rápida con ellos fue una tarea casi imposible en medio del caos que supuso lidiar con el fuego más mortífero y devastador de la historia de California.
El bautizado como “Camp Fire” se dio por controlado el 25 de noviembre, después de arder durante dos semanas y media en las que engullió la práctica totalidad de Paradise, destruyó 14 mil 500 edificios y arrasó 61 mil 900 hectáreas.
La causa del fuego sigue estando bajo investigación y aunque todas las miradas se centran desde hace varias semanas en la compañía eléctrica Pacific Gas & Electric (PG&E) no ha habido ninguna confirmación oficial de que esta sea la responsable de la conflagración.
La empresa comunicó a los reguladores haber detectado hasta dos problemas en una línea de alta tensión del lugar el mismo día que se declaró el incendio, lo que ha llevado a que varios de los afectados por las llamas ya hayan presentado dos demandas distintas contra PG&E.
De ser declarada causante del fuego, la empresa podría tener que abonar compensaciones multimillonarias, que con toda probabilidad la dejarían en la quiebra, aunque la Administración estatal ya ha sugerido que en ese caso se produciría un rescate a cuenta del contribuyente.
TFA