Manuel Bartlett Díaz está obligado a tener la efectividad, así como tiene la experiencia, para que al Programa Nacional de Electricidad, presentado este fin de semana, no le ocurra cualquier caída del sistema al plantearse dos temas centrales: eliminar la corrupción y la ineficiencia de la Comisión Federal de Electricidad, donde sobrevive la inquietud financiera respecto del peso que deben tener los subsidios a las empresas y hogares.
Los objetivos centrales del plan -“rescatar y poner orden”, “impulsar la capacidad de generación” y “superar el deterioro deliberado de sus plantas instalaciones”- integran la lista de compromisos y de acusaciones implícitas que deberían superar cualquier amnistía.
Ojalá que pronto Bartlett Díaz, ahora como director general de la CFE, dé a conocer las acciones y omisiones que demuestran que hubo dolo y plan para el deterioro de la institución a modo de identificarlas. La sociedad necesita el debate informado, y puede alimentar de él la valoración y seguimiento de planes y acciones de la nueva administración.
La CFE se aprestaría, dijo Bartlett, a “superar las situaciones de abandono y falta de dinamismo” con la base de “eficiencia y austeridad”, renovada capacidad de inversión y buscaría reducir la compra de electricidad a empresas extranjeras para las cuales, según él mismo y el presidente Andrés Manuel López Obrador, se crearon o promovieron desde el Gobierno federal condiciones especiales para ocupar mayores espacios de mercado con apoyo de socios y cómplices en el Gobierno anterior.
En 1937, cuando se creó la CFE, ésta atendía solamente a 38% de la población. Este año la empresa atiende a 43 millones de hogares, empresas e industrias; prácticamente la totalidad de la demanda después de la reestructuración que permitió en 2009 la incorporación de Luz y Fuerza del Centro y la creación de las divisiones representativas de las zonas entonces controladas por esta última en el Valle de México Sur, Centro y Norte.
Ni el empeño privatizador del salinismo, el empuje tibio de Vicente Fox o la decisión reestructuradora de Felipe Calderón o las gestiones de dos de los principales cuadros técnicos del priismo de Enrique Peña Nieto han generado claramente una explicación de las condiciones en que se ha dejado espacio a empresas extranjeras y, al mismo tiempo, no se han consolidado los procesos y procedimientos que darían solución a las demandas de demanda, calidad, precio, innovación y subsidios requeridos en la actualidad.
Un planteamiento central presentado ante los ingenieros que acompañaron a AMLO en el evento de la chiapaneca población de Raudales Malpaso es el anuncio de la eliminación del subsidio para las empresas. No se aclara, sin embargo, cómo afectará a la propuesta presentada el mantenimiento del subsidio de 50% al resto de los usuarios.
Que Bartlett provoque la caída del sistema de corrupción e ineficiencia de la CFE que da combustible a su retórica y entregue muy pronto resultados es una sana expectativa en este tiempo nuevo.
@guerrerochipres