Dicen que un Presidente es tan fuerte como su equipo.

Igual se aplica al revés.

En el caso de Andrés Manuel López Obrador, su gabinete lo ha metido en problemas y polémicas que bien se pudieron ahorrar si sus colaboradores dejaran de competir entre ellos por demostrar quién es el más comprometido con la 4T.

Y, por supuesto, por demostrar quién desconoce más sobre sus atribuciones.

El caso más reciente es de la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, que en una semana se vio involucrada en dos hechos perjudiciales para su credibilidad personal y del Gobierno en general.

El primero fue haberse negado a que su declaración patrimonial se hiciera pública, como documentó Reforma.

Minutos después de que la nota se hiciera viral, dicha información se hizo del conocimiento público; cabe aclarar que desde la Función Pública se maneja el programa que permite el acceso o no a las declaraciones de los funcionarios.

El segundo –y más grave- fue su declaración, filmada para que no diga que se trató de una fake news ante senadores en las que sugirió que “los salarios del mercado –los que se pagan en la iniciativa privada- tendrían que ajustarse a una nueva moralidad’’, la que impulsa López Obrador.

¿En qué cabeza cabe semejante disparate? En una que quiere agradar, como sea, al costo que sea a su jefe.

Y como este disparate hay otros que el propio López Obrador u otros secretarios como Carlos Urzúa, de Hacienda, han tenido que salir a atajar para evitar más daño a la credibilidad del Gobierno.

La secretaria del Medio Ambiente, Josefa González Ortiz Blanco, ha sido una de las más troleadas en las benditas redes sociales por haber dicho que los aluxes existen –no sabemos, por cierto, si les pidieron permiso para la construcción del Tren Maya.

El constructor preferido y asesor presidencial, José María Riobóo, aseguró que son compatibles los aeropuertos en Santa Lucía y el Benito Juárez “porque los aviones se repelen’’.

Miguel Torruco, secretario de Turismo, salió en conferencia a decir que Santa Lucía había sido destinado a los vuelos internacionales y el Benito Juárez, para los nacionales; fue desmentido.

El secretario de Educación, Esteban Moctezuma, justifica como un error “de mecanografía’’ la omisión gravosa del párrafo constitucional que garantiza la autonomía universitaria.

¿Quién ha pagado el costo de estos gazapos? El Gobierno de la transformación.
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El presupuesto para el próximo año contempla una inversión –que no gasto, ¿eh?- de 252 mil millones de pesos para el cumplimiento de las promesas de campaña de López Obrador.

El programa que más recursos ocupará es el de la pensión a adultos mayores, que será de 100 mil millones de pesos el año próximo.

Lo que se ve difícil de cumplir es que los servicios de salud pública mejoren a niveles nórdicos como prometió el Presidente, pues el sector salud vio reducido su presupuesto para 2019 en 3.2%.
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Por cierto, en su gira por Campeche, el fin de semana, López Obrador refrendó que las oficinas centrales de Pemex, desde la dirección para abajo, serán trasladadas a Ciudad del Carmen.

Ooobviamente el Jefe del Ejecutivo agradeció al gobernador Alejandro Moreno su disposición para colaborar con el Gobierno federal en ese y otros programas.