Trípoli. El grupo yihadista Estado Islámico (EI) reivindicó hoy su autoría en el ataque perpetrado este martes contra la sede del Ministerio de Exteriores de la capital libia en el que murieron seis personas y una decena resultaron heridas.
A través de la agencia de Amaq, su órgano de propaganda, el EI confirmó además la muerte de tres de sus miembros durante el atentado.
Por su parte, la misión de apoyo de las Naciones Unidas en Libia (MANUL) calificó el atentado de “cobarde” y declaró que “un ataque contra las instituciones estatales es un ataque contra todos los libios”.
“Trabajaremos junto al pueblo libio para impedir que los grupos terroristas conviertan Libia en escenario de sus crímenes”, anunció el enviado especial de la ONU en Libia, Ghassan Salamé.
Según informó una fuente de seguridad a Efe, el ataque se produjo cuando un terrorista suicida activó su cinturón de explosivos momentos después de que un coche bomba explotara frente al edificio.
Dos yihadistas murieron durante un tiroteo con las fuerzas de seguridad libias, explicó la misma fuente que precisó que otros tres civiles perdieron la vida.
“Dos de las víctimas son funcionarios, el portavoz de una milicia de Trípoli y un diplomático que es el presidente de la Administración Islámica, mientras que la tercera víctima es un civil que vino a recuperar sus documentos”, precisó la fuente.
Libia es un Estado fallido, víctima del caos y la guerra civil, desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera a la victoria de las diferentes facciones rebeldes sobre la dictadura de Muamar al Gadafi.
En la actualidad tiene tres focos de poder: un Gobierno tutelado por la ONU en Trípoli, un Parlamento en la ciudad oriental de Tobruk bajo el mando de Hafter, y las ciudades-estado de Zintan y Misrata, el principal puerto comercial del país. A ello se unen cientos de milicias, grupos yihadistas y redes de contrabando de personas, combustible, armas e incluso alimentos, que definen y controlan la economía del país. EFE