Como parte de los festejos de fin de año en San Pedro Cafetitlán, pueblo ubicado en la Sierra Oaxaqueña, se baila, se reza y sé quema un muñeco que representa al año viejo.

La iglesia permanece abierta todo el día hasta el último minuto del 2018, “Es una creencia del año nuevo, la gente va a rezar y a pedir que les vaya mejor el siguiente año o simplemente a agradecer por seguir con vida”, comentaron habitantes del pueblo.

Dadas las 9 de la noche se comenzó a escuchar música en vivo; una agrupación musical arribó a la explanada principal del pueblo y con algunas personas bailando y tomando cerveza, recibieron el 2019.

El muñeco del “año viejo” es un maniquí hecho de cuetes y papel, vestido con ropa real y con rasgos de un anciano, se prende en llamas y se tira en las escaleras de la iglesia, después de las campanadas que indican el inicio del año nuevo y los abrazos entre amigos y familiares.

El festejo termina normalmente entre 2 y 3 de la mañana. “No mucha gente festeja el año nuevo, se esperan por lo regular a la fiesta del pueblo que es la segunda semana de enero”.

 

PL