WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió hoy que mantendrá el cierre de la administración el tiempo que “haga falta” y, tras sugerir una colaboración con los demócratas, insistió en sus exigencias de financiación del muro fronterizo con México.
En su primera reunión de Gabinete del año, antes de reunirse con los líderes del Congreso para tratar el tema fronterizo, Trump aseguró ante los periodistas que mantendrá “lo que haga falta” el cierre parcial del Gobierno, que hoy cumplió doce días.
El mandatario comenzó la reunión de una manera alentadora diciendo que podía “hacer mucho” con los demócratas, pero poco después volvió a sus reiteradas exigencias de que el Congreso apruebe una financiación adicional de más de 5,000 millones de dólares para construir el muro, algo a lo que se niegan los demócratas.
Trump tampoco dio detalles de cuáles son sus planes para lograr un acuerdo y, por lo tanto, la reapertura de la Administración, que afecta centenares de miles de funcionarios que trabajan en agencias de diez departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia, así como a decenas de parques nacionales.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, ya había criticado la iniciativa anunciada por los líderes demócratas del Congreso para intentar reabrir la administración a partir de mañana, jueves.
“La presidenta designada (de la Cámara de Representantes), Nancy Pelosi, lanzó un plan que no reabrirá del Gobierno porque falla en asegurar la frontera y pone las necesidades de otros países por encima de las necesidades de nuestros ciudadanos”, dijo Sanders.
El pasado lunes, los demócratas anunciaron que planean aprobar un proyecto de ley de presupuesto provisional para financiar el Departamento de Seguridad Nacional hasta el 8 de febrero, ampliando los fondos para cercados fronterizos y otras medidas en 1,300 millones de dólares, lejos de los 5,000 millones pedidos por Trump.
Durante la reunión de Gabinete, el presidente también afirmó que la renuncia del ex secretario de Defensa, James Mattis, fue esencialmente un “despido”, ya que se produjo después de que la Casa Blanca insistiera repetidamente en que debía retirarse.
Mattis presentó su dimisión el pasado 20 de diciembre, poco después de que Trump anunciara de manera inesperada la decisión de retirar las tropas estadounidenses de Siria.
A la salida de Mattis del Gobierno, le siguió la dimisión del enviado especial de Estados Unidos para la coalición contra el grupo terrorista Estados Islámico (EI), Brett McGurk, en protesta por la salida de Siria.
En su carta de renuncia, Mattis fue muy crítico con el enfoque militar del presidente y dijo que Trump se merece un secretario de defensa que vea el mundo como él.
En la reunión de Gabinete, Trump defendió su decisión de retirar las tropas de EU de Siria y anunció que recibió una carta “formidable” del líder norcoreano, Kim Jong Un, y que está dispuesto a una segunda reunión con él, aunque precisó que no hay “ninguna urgencia” para organizar dicho encuentro.
El cierre de la administración gubernamental, que comenzó el pasado 22 de diciembre debido al pulso entre Trump y los demócratas por la financiación del muro, perjudica a unos 800,000 de los 2.1 millones de trabajadores federales, que no cobrarán mientras se mantenga este impasse y están a expensas de la aprobación de un presupuesto.
gac