Atenas.- La victoria del partido conservador Nueva Democracia en las elecciones celebradas hoy en Grecia demuestra que los griegos han optado por permanecer en el euro, al mismo tiempo que tranquiliza al Eurogrupo y a la UE, que han expresado su deseo de que se forme “rápidamente” un gobierno.

 

Antonis Samarás, del partido conservador Nueva Democracia (ND), que se alzó con la victoria y, aunque no logró la mayoría absoluta, podrá formar gobierno con el socialista Pasok ya que entre ambos suman más de los 151 escaños requeridos en un parlamento de 300 diputados.

 

El partido de izquierda radical Syriza ha quedado en segundo lugar y su líder, Alexis Tsipras, ha prometido mantener desde la oposición su lucha contra las medidas de austeridad impuestas por Bruselas a cambio del rescate financiero del país.

 

La victoria de los conservadores se produce tras el fracaso de las elecciones del pasado 6 de mayo, cuyo resultado dejó un parlamento tan fragmentado que ha imposibilitado la formación de un gobierno.

 

Los griegos han votado en esta ocasión inmersos en el miedo a una posible salida del euro, por lo que finalmente han dado el voto al partido que más garantías les ofrecía de permanecer en la moneda común europea.

 

“El pueblo heleno ha votado hoy por la permanencia del país en la Eurozona y a favor de las fuerzas políticas que traerán empleo desarrollo y empleo”, declaró ante los medios el conservador Samarás.

 

“Para eso invitamos a todas las fuerzas políticas que creen a eso a participar a un Gobierno de salvación nacional”, añadió.

 

Del mismo modo, el líder socialista, Evánguelos Venizelos, pidió que con estos resultados es necesario volver a tratar de pactar un gobierno de “unidad nacional” con la participación de ND, Syriza, el Pasok y la pequeña Dimar.

 

“Si queremos una Grecia que permanezca en el euro, mañana debe haber gobierno”, dijo alertando al resto de líderes de que tienen en sus manos una “misión nacional”.

 

Sin embargo, Tsipras rechazó participar en un gobierno de estas características, menos aún cuando ND y Pasok ya disponen de mayoría absoluta.

 

“El Eurogrupo desea que se forme rápidamente un nuevo gobierno griego que tome las riendas del programa de ajuste al que Grecia y la zona del euro se han comprometido”, señalaron en un comunicado los ministros de Finanzas de la zona del euro

 

Igualmente anunciaron que la “troika” (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) volverá a Atenas cuando haya un Ejecutivo.

 

Durante la campaña electoral, el propio Samarás se comprometió a intentar suavizar los términos del memorándum, y deberá lograr algún gesto de Bruselas si no quiere reforzar a una Syriza que puede crecerse en la oposición, más ahora que las principales confederaciones sindicales han abandonado al Pasok y se han escorado hacia el partido de Tsipras.

 

ND y Pasok precisamente votaron a favor del segundo plan de rescate a Grecia, entre los meses de febrero y marzo, que incluía duras medidas de ahorro y grandes recortes sociales a cambio de un nuevo préstamo de 130.000 millones de euros para evitar la bancarrota griega.

 

El enfado de los griegos, que tras casi dos años de medidas de austeridad habían visto su capacidad adquisitiva casi reducida a la mitad y el paro crecer de forma desbocada, fue muy grande, como demostraron los violentos disturbios del 12 de febrero.

 

Ese día, Atenas terminó literalmente en llamas mientras en el Parlamento, fuertemente protegido por la policía, ND y Pasok votaban a favor de reducir el salario mínimo y eliminar los convenios colectivos.

 

De ahí que estos dos partidos se derrumbasen en las elecciones de mayo y cosechasen los peores resultados de su historia.

 

La campaña electoral para estos nuevos comicios ha sido muy dura y algunos líderes europeos han pedido el voto para los partidarios de continuar fieles al pacto firmado antes de las elecciones de mayo, amenazando con que si la izquierda de Syriza se alzaba con el gobierno, Grecia tendría que salir de la zona del euro.

 

Los izquierdistas han tildado estas advertencias de “campaña para aterrorizar a los votantes”, puesto que su programa no contemplaba la salida del euro, sino sólo la abolición del memorándum de medidas de austeridad, además de una serie de medidas radicales que difícilmente hubieran sido aceptadas por Bruselas, como la nacionalización de los bancos que han recibido ayudas.