Cuando hay una oportunidad de dignidad, ingreso honrado, reivindicación de la experiencia y abandono de la economía informal, la población se siente interpelada y ocurre lo que quienes fueron derrotados por Morena niegan: existe una población con valores, bondades y disposición laboral.

Hay un pueblo bueno, y es mayoría. Eso tendría cualquier morenista la tentación de decir.

Alrededor de ocho mil personas han respondido a la convocatoria para construir logísticamente alternativas a los poliductos para la distribución de hidrocarburos de consumo masivo.

Esa cantidad es 10 veces superior a la que rodea cualquier toma clandestina para continuar el desfalco nacional sintetizado en la expresión “huachicol” y se agrupa para encontrar trabajo.

¿Cuál es el ingreso que debería tener una persona encargada de la jefatura de su familia?

En el mercado laboral, un salario neto mensual mayor a 20 mil pesos, como el que se ofrece a los que serían los piperos del nuevo tiempo que vivimos contratados por Pemex, es superior al salario que recibe 80% de los mexicanos.

El atractivo de trabajar con un salario semejante, con uno que de todas maneras es, aun así, una quinta parte del ingreso promedio de un empleado estadounidense en cualquier nivel de Gobierno, por ejemplo, policía es suficientemente atractivo para ver una quinta fila de las que ya hemos visto en esta corta e intensa administración.

La primera fila de este sexenio fue la de quienes querían entregar peticiones al presidente Andrés Manuel López Obrador en la casa de transición en la colonia Roma.

La segunda, la actividad por las consultas; la tercera, la de quienes deseaban cargar gasolina en la primera etapa de la estrategia para terminar con el huachicol; la cuarta, la ominosa hilera de quienes se agrupan para realizar el robo de combustible, a pesar de las advertencias de carácter ético, de seguridad, militar y jurídicas correspondientes.

Como se ve, ha habido filas de expectativa y las ha habido de abuso cínico y suicida.

De ahí que esta quinta fila, aquella conformada por miles de mujeres y hombres en busca de una oportunidad para continuar o recuperar una vida digna con un salario envidiable para el promedio de los latinoamericanos no deje de ser una buena noticia.

Aun considerados todos los argumentos eventualmente debatibles circulados en los memes -un salario mejor que el de un maestro y tan competitivo como el de un médico- que buscan las derechas promover para cuestionar a AMLO y la idea de un desperdicio del erario, esta quinta fila de la dignidad es una buena noticia.

Los malquerientes usuales o los autores de ironías que se consideran a sí mismos comunicadores de todo lo antiautoridad tienen una oportunidad nueva para posicionar su agenda o la ausencia de ella con la existencia de esta quinta fila que busca y que en alguna pequeña proporción, por pequeña que sea, encontrará trabajo y salario más que digno.

Sí hay que pensar qué podrán hacer todos los demás que no encuentren la oportunidad o que ya avivados por ésta queden a la expectativa de una semejante.

La incógnita es, entonces, de qué será la sexta fila.

@guerrerochipres