Demandas comunes como alza salarial, justicia fiscal, rechazo al aumento de las colegiaturas a nivel universitario para alumnos extranjeros y el derecho a la manifestación unieron ayer en una marcha conjunta al movimiento de los chalecos amarillos y a la Confederación General del Trabajo (CGT).
Los chalecos e integrantes de cuatro sindicatos franceses, apoyados por partidos de izquierda, se expresaron con reclamos hacia el gobierno del presidente Emmanuel Macron por las calles de varias ciudades francesas.
Se trata de la primera marcha conjunta, pues el 14 de diciembre la CGT realizó un paro de actividades por su cuenta en apoyo al entonces emergente movimiento social.
Toulouse, Marsella y Lyon se contaron entre las ciudades del interior francés cuyas calles registraron movilizaciones conjuntas, donde participaron también contingentes de la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana (ATTAC).
Las movilizaciones coincidieron con la aprobación en primera lectura de la ley contra actos vandálicos, la cual ha generado amplio debate inclusive entre las fuerzas que apoyan al gobierno de Macron.
El ordenamiento fue aprobado en la Asamblea Nacional por 387 votos, contra 92, y recoge con modificaciones la norma que aprobó el pasado octubre el Senado francés.
El texto fija diversas normas que deberán de seguir las manifestaciones, las cuales pretenden evitar los hechos que se han registrado en la docena de fines de semana de manifestaciones de los chalecos amarillos.
Se endurecen las sanciones contra quien genere destrozos en el marco de una manifestación, se consideraría delito ocultar el rostro, se obligaría a resarcir daños a quien los realice e inclusive se crearía una lista de personas que tendrían prohibido manifestarse.
Uno de los puntos más polémicos es que los prefectos (delegados gubernamentales a nivel de departamentos), puedan prohibir una manifestación, facultad ahora reservada las instancias judiciales.
fahl