La primera ministra británica, Theresa May, dejó ayer Bruselas con optimismo, a pesar de la evidente tensión, tras reanudar las conversaciones con una impaciente Unión Europea (UE).
Tras plantear a los líderes del Viejo Continente que cambien el acuerdo del Brexit que negoció el año pasado y así poder lograr su ratificación en el Parlamento local, se abre de nuevo una esperanza para un acuerdo que permita una salida ordenada del Reino Unido de la Unión Europea.
El apretón de manos para las cámaras con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, apenas ocultaba la tensión en el ambiente, cuando faltan menos de 50 días para la fecha oficial de la salida británica de la UE. Ninguno de los dos mandatarios hizo declaraciones.
Juncker y el presidente de la Comisión Europea, Donald Tusk, mostraron disposición para ser flexibles, a pesar de la frustración de los gobiernos de Europa con la incapacidad de May para ganar apoyo en su Parlamento.
Ayer, funcionarios de alto rango de la Unión Europea instaron a May a un acercamiento con el líder del opositor partido Laborista, Jeremy Corbyn, que se hizo eco de las propuestas de la UE de una unión aduanera permanente entre la UE y el Reino Unido, como una forma de acabar con el punto muerto sobre la frontera irlandesa.
A menos que el Parlamento británico ratifique un acuerdo, Reino Unido va camino de abandonar la UE el 29 de marzo sin un acuerdo de transición, un escenario que, según muchas empresas, sería catastrófico para la economía. Otras opciones podrían incluir retrasar el Brexit, celebrar un nuevo referéndum o cancelar por completo el proceso.
May regresará al Parlamento la próxima semana para un debate sobre las negociaciones del Brexit, en el que algunos diputados podrían volver a tratar de arrebatarle el control del proceso, aunque es probable que haya una votación sobre la estrategia de la mandataria este mes.
Más tarde, la canciller alemana, Ángela Merkel, dijo que se puede lograr una solución para el problema de la frontera irlandesa en las negociaciones del Brexit, sin reabrir el acuerdo sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
Prevén menor crecimiento en eurozona para 2019
La Comisión Europea (CE) rebajó sus previsiones de crecimiento en los países de la zona euro durante 2019 en casi un tercio, hasta el 1.3 por ciento, debido a las incertidumbres globales y las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China.
En un informe sobre sus previsiones macroeconómicas de invierno, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE) fijó en 1.3 por ciento el Producto Interno Bruto (PIB) de la eurozona, por debajo de su estimación de noviembre pasado, de 1.9 por ciento.
Para el bloque europeo en conjunto, la Comisión redujo en cuatro décimas sus previsiones de crecimiento, hasta el 1.5 por ciento, ante la caída de la producción en Alemania y los temores de una desaceleración en la economía británica, por el Brexit.
Las previsiones macroeconómicas de invierno del Ejecutivo comunitario para 2020 también van a la baja, tanto para los diecinueve países que comparten el euro, como en todos los 28 miembros de la UE, quedando en 1.6 y 1.7 por ciento, de manera respectiva.
La desaceleración es por la creciente incertidumbre global, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, los informes de un Brexit potencialmente perjudicial y el resurgimiento de los problemas de deuda de la zona euro.
LEG