La caravana centroamericana que recorre México pidió hoy el fin del trato inhumano a inmigrantes y de la impunidad que gozan funcionarios que participan en secuestros y desapariciones de indocumentados, así como la creación de un banco de información genética.
“Venimos a poner en evidencia el trato inhumano y criminal que el Estado mexicano ejerce, por omisión, sobre las personas migrantes en tránsito”, dijo a Efe Olivia Orellana, una de las 33 madres centroamericanas de desaparecidos en México que participa en la caravana.
La caravana, que el 31 de octubre inició un recorrido por varios estados del país bajo el eslogan “Sigo tus huellas con la esperanza de encontrarte”, exige el fin de la complicidad” y la “impunidad” de servidores públicos que participan en secuestros y desapariciones forzadas de migrantes, aseguró.
De acuerdo con Orellana, el Estado debe poner en marcha “acciones concretas de depuración” de aquellos funcionarios “que se tienen plenamente identificados y en muchos casos sólo han sido colocados en otros puestos”.
Sobre el caso de su hijo Osama, quien supuestamente fue detenido hace dos años en el nororiental estado de Tamaulipas por intento de homicidio, indicó que “ahora nadie sabe de él y no está en ninguna cárcel”.
En una rueda de prensa, la representante del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), Martha Sánchez, recriminó “la incompetencia y falta de voluntad política” del Estado mexicano para prevenir la desaparición de indocumentados centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos.
Además, “exigimos una base de ADN” para buscar desaparecidos e información de “los inmigrantes centroamericanos que pudieran haber fallecido” y que hayan sido sumados a los más de 40.000 muertos que ha dejado la violencia del crimen organizado y la lucha lanzada por el Gobierno contra los carteles, dijo.
“Estamos aquí para lograr la solidaridad de la ciudadanía mexicana para que se una a nuestras peticiones” y contribuya a la erradicación de “la xenofobia que ha permeado en todas las esferas de nuestras sociedades y desembocado en el incremento de violencia”, expresó Doris Cerrato, otra de las madres centroamericanas.
Cerratto, quien en el año pasado participó en otra caravana de madres por México, aclaró que este tipo de manifestaciones tienen el objetivo de “denunciar de forma pública y pacífica las continuas agresiones” que sufren los indocumentados en este país.
Hasta hace unos años por México cruzaban anualmente unos 350.000 centroamericanos indocumentados que pretendían llegar a EE.UU., pero la crisis económica en el vecino del norte y la violencia en territorio mexicano han causado una baja en el flujo migratorio hasta 140.000.
En su paso por México, los “sin papeles” no sólo se exponen a las autoridades corruptas, sino a las organizaciones del crimen organizado, que los secuestran para pedir rescates a sus familias o tratar de que engrosen por la fuerza las filas de esas agrupaciones.
Antes de llegar al Distrito Federal, donde esta tarde visitaron la Basílica de Guadalupe, las madres centroamericanas -28 hondureñas, cuatro de Nicaragua y una de El Salvador- recorrieron los estados de Tabasco, Veracruz, Tamaulipas, Coahuila, San Luis Potosí, Querétaro y el Estado de México.
Mañana se dirigirán a Veracruz, para después visitar los sureños estado de Oaxaca y Chiapas, donde el próximo 13 de noviembre terminarán el séptimo recorrido por México de madres de desaparecidos.
La ONG mexicana MMM organizó la caravana junto a la Red de Comités de Familias de Migrantes (Red Comifa) y la Pastoral de Movilidad Humana, ambas de Honduras. (EFE)