Los quelites tienen un importante aporte nutrimental: son ricos en micronutrientes, fibra, minerales y vitaminas; son económicos y, además, tienen potencial en el tratamiento contra la gastritis, reveló un estudio de la UNAM.

Científicos encabezados por Irma Romero Álvarez, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina (FM), descubrieron en laboratorio que esta planta tradicional mexicana incide sobre la bacteria Helicobacter pylori y algunas de las enfermedades relacionadas con ella, principalmente la gastritis.

En la Facultad de Química (FQ), la universitaria expuso que “todas las especies de quelites (palabra que deriva del náhuatl y significa “hierba tierna comestible”) inhiben a la bacteria, incluso mejor que el metronidazol (antibiótico y antiparasitario)”.

“Queríamos determinar si además de su valor nutricional, los quelites podían tener alguna propiedad en el control de enfermedades, para darle un valor agregado y favorecer su consumo”.

En México la gastritis es una de las primeras 10 causas de primera consulta en medicina familiar o servicios de urgencia, y el cáncer gástrico y úlceras pépticas están dentro de las primeras 20 causas de mortalidad. H. pylori y las afecciones asociadas representan un problema de salud pública nacional que no debe pasar desapercibido, subrayó la experta.

En el proyecto multidisciplinario e interinstitucional, que se emprendió hace algunos años para estudiar a las plantas medicinales de México, y que hoy continúa en el laboratorio de Romero, se decidió analizar las tres especies.

En México hay alrededor de 500 quelites. Se comen crudos o ligeramente cocinados en diferentes regiones del país, y tras estudiar tres especies: alache, del Estado de México; chepil, de la región de Oaxaca; y chaya, de la Península de Yucatán, se determinó su efecto sobre el crecimiento y colonización de H. pylori, su adherencia a las células del epitelio gástrico y su efecto sobre la ureasa, enzima que neutraliza a la bacteria.

gac