Foto: Reuters La Casa Blanca estaba tan confiada que programó una "ceremonia de firma de un acuerdo conjunto" al final de las conversaciones  

La segunda cumbre entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, colapsó el jueves por diferencias sobre las sanciones a Pyongyang, y ambas partes ofrecieron versiones contradictorias de lo que ocurrió, suscitando dudas sobre el futuro de las negociaciones.

 

Trump dijo que en los dos días que duraron las conversaciones en la capital vietnamita, Hanói, se lograron avances en las relaciones y en el asunto clave de la desnuclearización de la península coreana, pero que era importante no precipitarse con un mal acuerdo.

 

“Todo fue por las sanciones”, dijo Trump en una conferencia de prensa tras la interrupción de las conversaciones. “Básicamente querían que se levantaran las sanciones en su totalidad, y no podíamos hacer eso”, agregó.

 

No obstante, el ministro de Relaciones Exteriores norcoreano, Ri Yong Ho, dijo en una rueda de prensa que sólo buscaron conseguir un levantamiento parcial de las medidas “relacionadas con la vida de las personas y no relacionadas con las sanciones militares”.

 

Ri comentó que ofreció una propuesta realista que involucraba el desmantelamiento de todo su emplazamiento nuclear en Yongbyon -incluyendo las instalaciones para el plutonio y el uranio- por ingenieros de ambos países.

 

“Este es el paso más grande que podemos dar en la desnuclearización considerando el estado de la confianza entre los dos países”, agregó, en una poco usual conversación entre funcionarios de Pyongyang y periodistas.

 

La viceministra de Relaciones Exteriores de Corea del Norte, Choe Son Hui, dijo que tuvo la impresión de que Kim “podría perder su disposición a un acuerdo”, después de que Estados Unidos rechazó un levantamiento parcial de sanciones a cambio de la destrucción de Yongbyon, “algo que nunca se había ofrecido”.

 

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que los dos países podrían reunirse nuevamente, pero que no había ningún plan para hacerlo de inmediato.

 

Naciones Unidas y Estados Unidos incrementaron las sanciones a Corea del Norte cuando el aislado país asiático llevó a cabo una serie de ensayos nucleares y con misiles balísticos en 2017, cortando sus principales fuentes de ingreso de efectivo.

 

SIN ALMUERZO

 

Ambos líderes suspendieron de forma anticipada tanto su reunión como el almuerzo de trabajo conjunto que tenían planificado en el hotel Metropole -que data de la época colonial francesa- tras una mañana de negociaciones.

 

“Algunas veces hay que abandonar, y esta fue una de esas ocasiones”, dijo Trump, y agregó que “fue un abandono amigable”. Más tarde partió con destino a Estados Unidos.

 

El fracaso de la cumbre supone un revés para Trump, un negociador autodidacta que se encuentra bajo presión en su país por sus vínculos con Rusia y el testimonio de Michael Cohen, su exabogado personal, que le acusó de violar la ley mientras estaba en el cargo.

 

Trump dijo que Cohen “mintió mucho” durante el testimonio que presentó ante el Congreso en Washington el miércoles, aunque dijo la verdad cuando afirmó que “no hubo colusión” con Rusia.

 

El fin de las conversaciones generó dudas sobre los preparativos del gobierno de Trump para la cumbre y sobre su estilo diplomático, calificado como desenfadado e improvisado por algunos críticos.

 

Desde su primera cumbre en Singapur en junio, Trump ha destacado la buena química con Kim, pero estaba por ver si esa sintonía podía materializarse en avances sustanciales para eliminar un arsenal nuclear de Corea del Norte que amenaza a Estados Unidos.

 

El panorama parecía más prometedor cuando los líderes se reunieron el miércoles, vaticinando unas exitosas conversaciones antes de una cena con sus máximos asesores.

 

La Casa Blanca estaba tan confiada que programó una “ceremonia de firma de un acuerdo conjunto” al final de las conversaciones. Al igual que ocurrió con el almuerzo, la ceremonia nunca llegó a celebrarse.

 

“La Cumbre de Hanói valida el axioma de Benjamin Franklin de que ‘el no prepararse, es prepararse para fracasar'”, dijo Daniel Russel, exdiplomático para Asia Oriental del Departamento de Estado de Estados Unidos.

 

“El duro trabajo diplomático para reducir las diferencias y explorar opciones simplemente no se realizó, por lo que no es sorprendente que los dos líderes hayan encontrado diferencias insalvables”, añadió.

 

 

jhs