Con frecuencia, si no es que diariamente, los famosos señalan a la prensa como un ente villano capaz de inventar un sinfín de historias; así como hay periodistas buenos, los hay malos, lo mismo pasa con los artistas. No por algunos deben pagar todos, debería existir la inteligencia necesaria para saber separar en ambos casos de qué lado se encuentra cada quien.
Esta semana me tocó vivir una experiencia singular con un actor, Fernando Carrillo, quien acudió al programa De primera mano, de mi amigo Gustavo Adolfo Infante, donde yo estaba como invitada. El actor estaba ahí porque prometió dar una exclusiva para hablar de la pensión alimenticia de su hijo, ya que su ex Margiolis señaló que debe 15 mil dólares. Como el actor ha incumplido la orden del juez y no se presentó en la corte, podría ir a la cárcel en cuanto ponga un pie en Estados Unidos, ese era el tema principal y ya después se hablaría de los mensajes que intercambió con Irina Baeva que, por cierto, lo negó y ahora resulta que era una Irina falsa. ¡Qué creatividad la suya! porque ya se le olvidó que Irina también le mandaba videos, ¿cómo es que eran de una impostora, si la que sale en los videos es Irina?
El actor se presentó a la hora acordada con grandes muestras de cariño y amistad hacia Gustavo, se sentó y no hizo más que anunciar que en Imagen TV no daría la exclusiva, porque ya había quedado de ir a TV Azteca a Ventaneando. Y ante nuestras insistentes preguntas por saber si podría ir a prisión, contestó una y otra vez que sólo lo diría en el programa antes mencionado.
Me queda claro que Fernando es libre de dar la exclusiva a quien se le de la gana pero, entonces, no vas a un programa queriendo quedar bien, porque había hecho un compromiso con Gustavo Adolfo y sólo se presentó para promocionar otro show, algo por demás ilógico; mejor hubiera cancelado o podría haber contestado que iría a otro lado, sin decir a dónde. No había visto a alguien tan cínico que al final quiso cambiar las cosas haciéndose el ofendido, diciendo que le habíamos hecho quedar mal poniendo la entrevista de su ex, cuando horas más tarde habló de todo y sin tapujos.
Además todavía se hizo del que no entendió lo que había pasado; sorprendido de que nos hubiéramos molestado, me acerqué para decirle que lo que había hecho estaba mal y no era una manera inteligente de manejar sus relaciones públicas y no lo aceptó, su preocupación era quedar bien con alguien más, entonces, ¿para qué fue?
Se ve que siempre le ha salido bien, jugar a ser el amoroso y encantador galán, porque en medio de la tensión que se vivía en De primera mano, coqueteaba con Mónica Noguera y hasta su teléfono le pedía preguntándole si era casada. Así que considero que es capaz de mentir con una amplia sonrisa.
Y mientras se negó a contestar las preguntas, siempre conservó la calma, él llevaba un objetivo, quedar bien con Paty Chapoy y lo logró. Allá se desvivió en elogios y se puso de tapete, entonces no le molestó ningún cuestionamiento y aclaró que, supuestamente, sí cumple con pagar la pensión alimenticia, adora a su hijo y es un gran ser humano. Perdón, pero difícil de creer en alguien que no cumple su palabra y que sólo busca quedar bien con Dios y con el Diablo.
Hay más…, pero hasta ahí les cuento.