¿Dónde están los analistas de mala fe que pronostican una recesión económica para este año?
El problema no es que lo diga el presidente Andrés Manuel López Obrador en su discurso del Informe de labores de los 100 días de Gobierno, sino que se lo crean él, su gobierno y sus seguidores.
Porque si las cosas no salen como quiere, habrán creado un enemigo artificial a quien echarle la culpa y eso es peligroso.
Ciertamente, la gran mayoría de los analistas serios han bajado los pronósticos de crecimiento económico para este y el próximo año. Pero hasta hoy no hay uno solo que calcule un resultado negativo del Producto Interno Bruto anual.
También son muy serios los que estiman que el inicio del año sí podría mostrar datos negativos de crecimiento, por el cúmulo de calamidades que se sumaron, pero que habrá una recuperación hacia la segunda mitad del año.
Sería muy bueno que el Presidente señalara quiénes son los adversarios que quieren que la economía mexicana caiga en recesión y qué tienen esos analistas de mala fe que la pronostican. Porque se trataría de un acto de traición.
Pero en lo que esperamos las acusaciones concretas, el Presidente debería saber que le hacen llegar datos equivocados de la economía. López Obrador presumió una baja en la inflación a 4.4%, cuando en realidad está ya en 3.94%.
Habló de un indicador de confianza del consumidor en 120 puntos, cuando está en un histórico nivel de 48.8 puntos de una escala que sólo tiene 50 puntos.
Porque datos equivocados llevan a decisiones equivocadas. Y provocar la idea de adversarios conspirando para tirar la economía lleva a una mayor polarización social. Nada de eso sirve para crecer con estabilidad.
¿Vale la pena hacer propaganda para asegurar que el peso tuvo un avance histórico durante los primeros cien días de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador?
Para su clientela política será una muestra más de lo maravilloso de la alternancia que decidieron, pero para los que participan en los mercados será una razón para desconfiar más de la 4T.
Efectivamente, desde que inició esta administración y hasta la fecha, el peso tuvo una apreciación cercana a 5%. Pero este dato, si realmente se quiere vincular con factores internos sin tomar en cuenta todos los hechos externos, obvia algo muy importante: el peso se depreció antes del inicio de esta administración por decisiones del propio López Obrador.
Existe el riesgo de que, en materia económica, la realidad se despegue del discurso y de las expectativas, y eso genere una mayor frustración social que no se encauce de manera adecuada.
Desde el discurso presidencial ven que hay confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros. Y si una firma calificadora o un analista advierte riesgos son vistos como esos adversarios que quieren el mal para el país.
Para realmente crecer a 4% anual hay que conciliar, no polarizar más. Si es que realmente ése es el objetivo.