A casi un mes del ataque a 42 camiones de la empresa Sabritas, ayer fueron colocadas en Michoacán ocho mantas, en las cuales presuntos narcotraficantes advierten a esa firma no prestar sus unidades al Ejército ni a la Marina.

 

El pasado 26 de mayo, grupos armados incendiaron los vehículos y cinco bodegas de la empresa en los municipios  de Uruapan, Apatzingán, Lázaro Cárdenas y Buenavista Tomatlán, Michoacán, así como en Celaya y Salvatierra, Guanajuato, y ayer por la mañana aparecieron dichos mensajes sobre puentes peatonales.

 

Esta es la segunda ocasión en que el grupo delincuencial de Los Caballeros Templarios, colocan propaganda sobre la supuesta autoría del ataque y lanzan advertencias.

 

El pasado 31 de mayo, aparecieron 10 mensajes más en Morelia y en Apatzingán, en las cuales ese grupo delictivo presuntamente se atribuía los ataques a la empresa transnacional, y señalaba que esta compañía había facilitado sus unidades para que fuerzas federales realizaran labores de inteligencia a bordo de las mismas.

 

Ese mismo día, se registró otro ataque en contra de la empresa en el municipio de Lagunillas, Michoacán, cuando hombres armados incendiaron una camioneta.

 

La mañana de ayer aparecieron otras esta vez mantas, esta vez  en Morelia y Yurécuaro, el mensaje en estas últimas es que esa empresa comercial no rompa acuerdos, que sólo se dedique a su actividad empresarial, y no preste sus unidades a las fuerzas federales.

 

Los ataques de finales del mes pasado a la compañía de productos filial de la transnacional Pepsi Co., provocaron reacciones de esta firma, quien presentó una denuncia de hechos ante las dos procuradurías estatales encargadas de la investigación.

 

También fue emitido un comunicado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos, en el cual  condenó de forma enérgica los ataques y estableció que cuenta con copia de la información sobre los hechos violentos que se registraron en esas entidades.

 

Aunque el Departamento Jurídico de la empresa descartó que los ataques se hubieran dado como resultado de una negativa a una extorsión, esa es la principal línea de investigación en el caso de la averiguación presentada ante la Procuraduría General de Justicia de Guanajuato.

 

La otra versión que se manejó horas después de los primeros ataques es que fue en venganza por haber facilitado unidades para un operativo de fuerzas federales.