Cancilleres y jefes antinarcóticos de 68 países analizarán en la Conferencia Internacional de Ministros de Relaciones Exteriores y Jefes de Organismos Nacionales Especializados contra el Problema Mundial de las Drogas se realizará en Lima, a puertas cerradas, este lunes y martes, informan fuentes oficiales.
La conferencia fue convocada por el gobierno de Perú y está organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) de Perú, cuya titular Carmen Masías, dijo a periodistas que el cónclave, donde además estarán representados 10 organismos, será el “punto de partida” para elaborar nuevos mecanismos contra el flagelo.
Puntualizó que en la capital peruana se sentarán las bases para construir una lucha global más articulada contra el tráfico ilícito de drogas.
Masías acotó que la conferencia, que se efectuará bajo extremas medidas de seguridad, será un espacio donde se restructurarán los esfuerzos que se vienen haciendo contra el narcotráfico y se compartirán experiencias en la lucha contra las drogas.
Perú insistirá en el principio de la responsabilidad compartida y pedirá que los países productores y consumidores aporten en la estrategia de lucha internacional contra el tráfico de estupefacientes, se identificarán las mejores prácticas que garantizan la reducción de la demanda de drogas y previenen el abuso de las mismas, incluyendo programas comunitarios de prevención, intervención temprana y de apoyo al tratamiento y recuperación, analizaran las propuestas para fortalecer la cooperación internacional y establecerá un diálogo para identificar y promover el intercambio de mejores prácticas y experiencias exitosas en la reducción de la oferta de drogas ilícitas.
Según un documento oficial, en la cita se propiciará un intercambio eficiente y eficaz de información estratégica y operativa a escala mundial con miras a mejorar las acciones de control de drogas ilícitas y de precursores químicos utilizados en su fabricación.
Habrá además un diálogo sobre las mejores prácticas y experiencias exitosas obtenidas en la aplicación de programas de desarrollo alternativo a la producción de hoja de coca en los casos de Perú, Bolivia y Colombia.