Un nuevo discurso, otro tipo de confeti, banderines, blancos, verdes y rojos, mantas con los principales compromisos, un globo aerostático, el PRI buscó demostrar su fuerza en la capital del país, pero tuvo un gran fallo, no logró llenar el Estadio Azteca.

 

Exceso de confianza, dicen unos; no dejaron llegar a los últimos camiones por el congestionamiento, se defienden otros, los encargados de la labor electoral estaban en el simulacro que se hace antes de la elección. Los comentarios son diversos pero la realidad fueron los huecos hasta en las zonas para la gente importante.

 

Otros más explican que la movilización se operó con sólo cinco días de anticipación para evitar riesgos de confrontación con grupos de provocadores, pero en la ciudad donde hay más animadversión hacia el candidato priista no se logró juntar a las 125 mil personas que se necesitaban para llenar el Estadio Azteca

 

En esta nueva era priista no hubo quejas porque no pudieron mostrar su capacidad de movilización, ahora todos comentaban ante la prensa y en las redes sociales que el evento había sido un éxito, pero en petite comité salían las acusaciones.

 

Fueron los del Distrito Federal que no movilizaron a la gente, no están haciendo campaña, decían unos; sólo nos dieron 10% de los pases que pedimos, se defendían los otros.

 

Pero el responsable más evidente fue el delegado general del CEN del PRI en el Distrito Federal, Gustavo Cárdenas, aunque en las redes sociales culparon al coordinador de campaña, Luis Videgaray.

 

El evento tuvo algunos tropezones desde el principio, primero, cambiaron la hora, estaba citado al mediodía y un día antes avisaron que sería a las 11 de la mañana; después hubo tuits en donde se aseguraba que el evento había sido cancelado, lo que provocó que Videgaray saliera a desmentir estos rumores.

 

Pero los integrantes de los sectores, las organizaciones, los equipos de los candidatos estaban realmente molestos y sorprendidos, porque les dieron sólo una mínima parte de los pases que solicitaron. Lo que más impactó fueron todas las bancas que quedaron vacías en el área de la cancha del Azteca.

 

De cualquier forma la calzada de Tlalpan quedó intransitable por varias horas, por los más de mil camiones que impedía el paso.

 

Al inicio, la banda El Recodo de don Cruz Lizárraga amenizaba la llegada de los tempraneros, y quizá por mala memoria histórica o porque nadie se los comentó, cantaron enterita “La culebra”, la melodía que sonaba en el momento que asesinaron a Luis Donaldo Colosio en 1994.

 

Peña Nieto señaló que los mexicanos tendrán cuatro proyectos para elegir: “Uno que representa más de lo mismo, inseguridad y violencia, desempleo y más pobreza para México; y otro que es el del populismo autoritario, que no rinde cuentas, que no respeta las reglas y desprecia las instituciones”.

 

Pidió a todos los presentes que vayan a las urnas y voten para que ganemos todos y aseguró que en tan sólo siete días “vamos a festejar el gran triunfo de México porque la victoria que queremos alcanzar el próximo domingo, queremos que también signifique la victoria para todos los mexicanos”.

 

Gran parte de la cúpula priista acompañó a su candidato presidencial, cerca de 10 gobernadores, los líderes de las bancadas, diputados, senadores, el CEN, los líderes de sectores y organizaciones, pero una vez más el único que se vio fue Enrique Peña Nieto.