Trump celebra acuerdo pírrico; repite estrategia de amenaza

Acorralado por su propio plazo y presión, el presidente estadounidense Donald Trump anunció de última hora un acuerdo vago, impreciso y constitucionalmente cuestionable con México, lo que calificó como un triunfo que, dijo, evitará imponer tarifas del 5 al 25% a exportaciones mexicanas, a cambio de fuertes medidas, para contener el creciente flujo de migrantes que, escapando de la violencia en Centroamérica, buscan asilo político en Estados Unidos.

Sin embargo, según reportes difundidos en Washington, el acuerdo fue realmente la formalización de medidas acordadas en pláticas secretas realizadas en marzo entre Kirstjen Nielsen, ex secretaria de Seguridad Interna, y la Secretaria de Gobernación mexicana, Olga Sánchez Cordero.

Trump hizo el anuncio al regresar de un viaje sin precedentes, acompañado de todos sus hijos, yernos, ex nuera, nietos y una docena de colaboradores a Londres, para disfrutar del lujo y esplendor del Palacio de Buckingham, donde la Reina Isabel II y sus súbditos le ofrecieron una recepción y cena de Estado, en la que le impresionó el respeto, admiración y culto a la monarca mas longeva del mundo.

 

Era un acuerdo previo

El convenio arancelario y migratorio anunciado con bombo y platillo por México y Estados Unidos se refiere a la expansión de un programa a través del cual México permitirá la permanencia temporal en el país a quienes buscan asilo político, hasta que las autoridades estadounidenses analicen sus casos y determinen su situación, como Estados Unidos planteó a México desde diciembre del año pasado, de acuerdo con el diario The New York Times.

El Presidente usó la táctica que ya es característica -a pesar de los pocos resultados con Corea del Norte y China en la crisis del presupuesto, o en la negociación del Nafta 2.0-, y que consiste en exigir cosas poco especificas a corto plazo, bajo amenaza de graves consecuencias; luego generar tensión y expectación mientras se aproxima el plazo, y después su declaración de triunfo.

Con su amenaza de tarifas a exportaciones mexicanas, que puso en guardia a empresarios, cabilderos, legisladores y productores agrícolas, el presidente Trump logró también desviar la atención en torno a múltiples investigaciones del Congreso sobre su vida, campaña, transición, Gobierno, familia y negocios, ademas del encargo a su incondicional procurador general, William Barr, de que investigue a los investigadores para saber si incurrieron en algún abuso, cuando una Corte Federal autorizó interceptar los teléfonos de asesores de su campaña.

 

Debilita el liderazgo de EU

“El presidente Trump debilita el liderazgo global de Estados Unidos, amenazando de una manera imprudente con la imposición de tarifas comerciales a nuestro mas cercano aliado y vecino del sur”, asestó Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja del Congreso, en poder de los Demócratas.

Ella, como muchos otros expertos, critica que Trump presente como amenazas a la seguridad nacional estadounidense a los autos japoneses y europeos, a los equipos de comunicación chinos y a los inmigrantes, castigándolos económicamente al amparo de poderes extraordinarios otorgados a la figura presidencial durante la Guerra Fría, concebidos para fuertes y peligrosos adversarios.

“Esas amenazas y berrinches temperamentales no son la forma de negociar la política externa de nuestro país”, agregó.

Trump anunció la posibilidad de aplicar nuevas tarifas a China por 300 mil millones de dólares, a lo que el Gobierno de Beijing anunció que “si lo hacía, China iría hasta las últimas consecuencias” en esta guerra, lo que causa ya pérdidas económicas y temor de inversionistas.

Con ataques similares a los que hizo cuando anunció sus aspiraciones presidenciales, Trump acusó al gobierno mexicano de “hacer una fortuna con un superávit de 100 mil millones de dólares, sacando ventaja de Estados Unidos”, y de “negarse a cooperar en el control migratorio y del contrabando del 90% de drogas”.

Dos semanas antes amenazó con cerrar la frontera, diciendo al final que “le daría un año más de plazo a México”.

La última amenaza fue aplicar las tarifas a más de mil 300 productos mexicanos, que generan casi 350 mil millones de dólares anuales a partir de hoy, pese a una oposición generalizada.

Legisladores y analistas están convencidos de que, aún cuando haya buenas intenciones, el Gobierno mexicano no cuenta con suficientes recursos para hacer lo que ofreció, lo que podría disgustar de nuevo a Trump, y llevarlo de nuevo a la amenaza de cerrar la frontera.

 

Pobre impresión en RU

En su gira a Gran Bretaña y luego a Francia, para conmemorar el “Día D” o Día del Desembarco de Tropas Aliadas, que marcó el fin de la segunda Guerra Mundial, el presidente de Estados Unidos dijo haber logrado un éxito, en lo que no coinciden analistas que a través de la lectura de su atuendo, lenguaje corporal, respeto a las reglas y protocolo, consideran que Trump se reveló como “hombre despreocupado por detalles sin interés ni experiencia”, que llamó “repugnante” a Meghan Markle, condesa de Sussex y esposa del principe Harry, negó la presencia de una multitud de manifestantes en su contra, se inmiscuyó en temas de política interna del Reino Unido, atacó al ex senador John McCain, héroe de Guerra ya fallecido, justo en la conmemoración del Desembarco de las tropas aliadas en Normandía, insultó a Nancy Pelosi, tercera en la linea de sucesión presidencial de EU, calificándola como un desastre, luego que ella manifestó que “más que un juicio político, quiere ver al presidente en la cárcel”; llamó arrastrado a Charles Schumer, líder de la minoría demócrata del Senado y hasta al fiscal especial, Robert Mueller, a quien llamó “tonto”, así como a la cantante Bette Midler, a quien llamó “psicótica”.

A su llegada a Washington, aún con la imagen del esplendor de su visita al Palacio de Buckingham fresca en la mente, el presidente Trump se enteró de que aumentan las voces que piden su impeachment o juicio político en el Congreso, de que Hope Hicks, su ex asesora y ex directora de Comunicación en la Casa Blanca, entregó al Comité Judicial del Congreso documentos relacionados con la campana presidencial, desobedeciendo sus órdenes de no cooperar, igual que Don McGahn, el fiscal Mueller y otros integrantes de su equipo.

También fue informado sobre la difusión de mensajes telefónicos de su ex abogado, John Dawd, a los abogados defensores de Michael Flynn, su ex asesor nacional de Seguridad, pidiéndole que le comentara si tenía “información que incriminara de alguna forma al presidente Trump”.

O sobre la orden judicial que obliga a Roger Stone, amigo y ex asesor de Donald Trump, (quien espera sea fijada una fecha para su juicio, bajo cargos de haber mentido al Congreso y al FBI) a entregar a un Gran Jurado “todos sus mensajes de octubre de 2016 a marzo de 2017, así como todas las actividades que desempeñó mientras asistió a la Convención Nacional Republicana, en Cleveland, Ohio.

Quiere Trump que el 4 de julio sea “su fiesta”

Sediento de que se rinda culto a su persona y sea reconocido por sus aportaciones al país, el presidente Trump denominó el día de su toma de posesión como Día Nacional de Devoción Patriótica.

El Día de Acción de Gracias expresó su gratitud a sí mismo por “hacer una enorme diferencia” y el Día del Veterano quiso organizar un desfile militar en su honor, similar al que realizan Vladimir Putin, Kim Jong-un, Xi Jinping o al del Día de la Bastilla, en Francia, pero el Congreso se lo negó, pues el costo era de más de 90 millones de dólares.

El presidente Trump se consuela de las malas noticias con los preparativos de lo que será la celebración del 4 de julio, Día de la Independencia de EU, prácticamente en su honor.

Se realizará en el Memorial de Lincoln, a la par de la que realiza cada año el gobierno del Distrito de Columbia, en la explanada del Capitolio.
“Será una de las más grandes reuniones en la historia de Washington DC, el 4 de julio en el Memorial del Lincoln, con fuegos artificiales, entretenimiento y un discurso de su Presidente favorito…, yo”, dijo Donald Trump a través de su cuenta de Twitter.

El Gobierno de la ciudad espera con preocupación detalles sobre la celebración para atender a quienes participen, que se espera sean básicamente simpatizantes de Trump, venidos o acarreados de todos los rumbos del país, a un acto político, el Día de la Independencia, como nunca antes había organizado un presidente de los Estados Unidos.

Querían a México como tercer país solidario

Los negociadores estadounidenses fallaron en convencer a sus contrapartes mexicanas para que aceptaran un tratado en el que el país del sur fungiera como “tercer país seguro”, lo que habría facilitado a Estados Unidos rechazar a solicitantes de asilo político de naciones centroamericanas, si ellos no solicitaban antes el asilo a México.

México permitió que algunos permanecieran en su territorio, en espera de que sus casos fueran escuchados en EU.

México anunció que desplazaría a 6 mil soldados adicionales a la frontera con Guatemala, lo que ya tenía previsto, de acuerdo con Shannon O’Neil, del Consejo de Relaciones Exteriores.

 

LEG