Aparecer en la portada del más célebre videojuego del futbol americano, el popular Madden NFL, ha sido cargado de nociones esotéricas y malditas. Sea por razones físicas o metafísicas, 16 de los 22 jugadores utilizados como imagen han tenido temporadas muy cortas debido a graves lesiones –en algunos casos, incluso, sin haber llegado siquiera a jugar más que pocos minutos.

Algo similar a lo que solía acontecer y vuelve a ser con el cartel del futbolista más caro de la historia: hoy Neymar, tan sano cuando jugaba para Santos y Barcelona, se ha resignado a vivir en París a medio camino entre hospital y rehabilitación.

Una maldición que tomó fuerza cuando en 1992 el AC Milán rompió todo registro al adquirir al prometedor volante del Torino, Gianluigi Lentini. Muchísimos jóvenes, aun siendo grandes aficionados al futbol europeo y seguidores del Calcio, se preguntarán quién es Lentini. Y es que hasta el recuerdo de tremendo prospecto quedó disipado.

Su primera campaña con los rossoneri fue buena, acorde con la evolución de un crack en ciernes y no consumado. Cuando se esperaba lo mejor de él y se le veía al nivel de Roberto Baggio como la figura italiana de cara al Mundial de 1994, sufrió un fuerte accidente automovilístico. Lentini sobrevivió de milagro y pasó las siguientes dos campañas casi en blanco. El futbolista del año dos mil cambió de milenio ya actuando en Serie B.

Apenas un ejemplo entre tantos otros, como aquellos padecimientos de Maradona cuando el Barcelona le convirtió en 1982 en el fichaje más costoso de todos los tiempos y Diego Armando quedó congelado en algún momento por hepatitis y en otro por fractura.

Por supuesto, este listado de maldiciones es mucho menos abrumador que el del Madden NFL.

Sin embargo, lo de Neymar ya es dramático. Escándalos extra-cancha al margen, de los que opinar resulta irresponsable mientras el caso no se cierre, aquel muchacho que apuntaba directo como sucesor de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, ha pasado lesionado más de la mitad de su tiempo como integrante del PSG.

¿Cuánto cuesta hoy? Bajo caprichos de oligarcas o desesperaciones de directivos como Florentino Pérez, nunca faltará quien ofrezca al equipo francés los 222 millones que pagó en 2017 al Barcelona. No obstante, y por recurrir a terminología financiera, hoy es casi un bono chatarra, una operación riesgosa y falta de garantías.

La Copa América 2019 que debía representar su relanzamiento, no existirá para él; proceso que abrió con las dudas por su estado físico y continuó con el reality show en que se convirtieron las acusaciones de una chica en su contra, para cerrar con su enésima lesión.

No se dice tan a menudo, pero parte fundamental de la hegemonía de los más grandes de cualquier deporte, es su longevidad. Y, en muchos casos, se trabaja. ¿Cómo? Con la disciplina, tan ausente en la vida de este muchacho. No que sea la única causa de esa caída en tobogán…, sí que pudo influir.

Twitter/albertolati

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