Dado por hecho que el T-MEC será aprobado en el Senado sin oposición, el PAN y lo que queda del PRI y el PRD se preparan para dar la batalla en contra de la revocación del mandato.

Como es sabido, hoy inicia el periodo extraordinario en el Senado convocado para aprobar el T-MEC y votar la revocación de mandato, propuesta por el presidente López Obrador.

El PAN, que en realidad es la oposición real más articulada que hay, asegura que la propuesta es una trampa por dos razones.

La primera es que aprobar la revocación de mandato es el primer escalón para aprobar después la reelección presidencial.

Y aunque el propio López Obrador firmó un documento notariado en el que jura y perjura que terminando el sexenio se irá para su rancho, nadie en la oposición le cree.

Los panistas están seguros de que si se aprueba la revocación de mandato y el ejercicio le favorece, no habrá mecanismo legal, constitucional ni poder humano que evite que caiga en la tentación de la reelección.

La segunda razón de la oposición panista tiene que ver con el hecho de que Morena insiste en que el ejercicio de la revocación sea incluido en las boletas electorales de la votación federal de julio de 2021.

El argumento de los morenistas es que el país está gastado y no tiene recursos para programar otra elección federal el mismo año.

Pero los panistas aseguran que colocar la fotografía de López Obrador en la misma boleta para la elegir a diputados federales confundiría al electorado y constituiría una trampa para que los candidatos de Morena a la Cámara de Diputados sumaran votos a su favor.

El mandato del CEN panista es claro: no a la revocación de mandato y no a una reforma electoral que devuelva al Gobierno la responsabilidad de organizar las elecciones, como pretenden.

De este tema hablamos después.

Por lo pronto, el PAN sabe que no podrá oponerse si no cuenta con el respaldo de la oposición restante, incluido el PRI, que las más de las veces se ha quedado callado ante los embates de Morena cuando hace un amago por protestar.

¿Por qué será?
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Quien sabe si ya sabe que se va o incluso está provocando que lo sustituyan, lo cierto es que la declaración del secretario de Comunicaciones, Javier Jiménez Espriú, contradiciendo a López Obrador rompe con la estrategia monolítica de comunicación de la 4T.

Jiménez Espriú fue interrogado acerca de las declaraciones del Presidente respecto a los personajes que interpusieron amparos en contra de la construcción del aeropuerto en Santa Lucía.

El tabasqueño los llamó simple y llanamente corruptos.

Jiménez Espriú dijo, textual: “No estoy de acuerdo con el Presidente’’ sobre esa visión, y afirmó que los amparos forman parte de un proceso legal para que se presenten los estudios ambientales que sustenten la construcción del aeropuerto.

Es la primera vez que un funcionario a nivel de gabinete manifiesta públicamente su discrepancia con López.
Dicen que sólo es cuestión de días.
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Los abucheos que siguen ocurriendo en los eventos a los que acude López Obrador acompañado de gobernadores de oposición continúan y continuarán pese al llamado “a la unidá’’ hecho por el Presidente.

Ya está comprobado que dichos abucheos no son espontáneos; que los dirigentes de Morena en las entidades son los responsables y que los gobernadores están atados de manos para detenerlos.

López Obrador dice que él está apartado de las funciones del partido, pero algo debe saber sobre esta estrategia contraria a su llamado por el bien del país.