La alta comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Michelle Bachelet, dejará en Venezuela a dos delegados para que hagan un seguimiento a la crisis humanitaria en el país petrolero, dijo el viernes el líder opositor Juan Guaidó.
Bachelet, quien llegó el miércoles a Venezuela en una visita hasta el viernes, no hizo declaraciones tras su encuentro con Guaidó ni tampoco el jueves después de reunirse con representantes del gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La alta comisionada, que fue dos veces presidenta de Chile, tiene previsto reunirse más tarde con Maduro y ofrecer una conferencia de prensa la noche del viernes en el aeropuerto, antes de partir.
“Se quedan dos personas de su equipo para el seguimiento en el interior” del país de la crisis en hospitales, escuelas, entre otros, dijo Guaidó a reporteros luego de reunirse con la Alta Comisionada en la sede del Parlamento, del que es jefe.
Después, Bachelet tuvo un encuentro en la sede de la Cancillería de Venezuela con el presidente de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, el segundo hombre fuerte del gobierno. No hubo detalles.
Un equipo técnico de Bachelet ya estuvo en el país en marzo, pero que dos de sus delegados permanezcan en el país abre la posibilidad de que eventualmente se negocie la instalación de una oficina permanente, de acuerdo con activistas de derechos humanos que se encontraron el jueves con la alta funcionaria.
Guaidó, quien en enero invocó la Constitución para proclamarse presidente interino argumentando que la reelección de Maduro en mayo del 2018 fue un fraude, dijo que tanto la presencia de Bachelet en el país como que deje a miembros de su equipo son un nuevo reconocimiento a la crisis de Venezuela.
El país OPEP, que posee algunas de las reservas de crudo más grandes del mundo, lleva seis años en recesión y desde hace dos hay voraz hiperinflación que demolió el ingreso de los venezolanos, convertidos en el mayor grupo de migrantes en la historia reciente de América Latina, según Naciones Unidas.
“Nos hubiera gustado que estuviera más en campo” o en otras ciudades porque Caracas “es una burbuja”, dijo Guaidó resaltando que “sabemos que la dictadura se pone piel de cordero” durante la visita de la alta funcionaria.
“Le pedimos a Bachelet que esa comisión se quede en el país(…) Que vaya a Maracaibo que es una ciudad destruida, no hay luz, ni agua y para echar combustible se necesita hacer cola de 18 horas”, señaló Carmen Méndez, de 38 años, quien estaba en una protesta que se realizaba frente a la sede del PNUD al este de Caracas. Su pancarta decía: “Venite para Maracaibo”.
La Guardia Nacional que, junto a milicias progubernamentales, desde inicios del mes pasado impedía a la prensa, y en ocasiones a diputados opositores, el ingreso a la sede del Parlamento, dejó entrar el viernes a reporteros para la cita de Bachelet con Guaidó.
Alfredo Romero del no gubernamental Foro Penal, que participó el jueves al final de la tarde en una reunión de activistas con Bachelet, indicó en un mensaje de Twitter que la alta comisionada comentó en el encuentro que trabajaba en la liberación de algunos de los casi 700 políticos opositores, activistas y militares detenidos.
“Que Bachelet esté acá significa que el chavismo está entendiendo que hay una crisis institucional tremenda y que su legitimidad está en juego (…) y después de 20 años tiene que abrir las puertas”, dijo Luis Carlos Díaz, activista de derechos humanos que estuvo detenido a inicios de año porque las autoridades lo vincularon al apagón eléctrico masivo de marzo.
PAL