Entre la pasada elección presidencial y la del próximo domingo, la lista nominal de electores de Veracruz, esto es, la cantidad de personas que pueden sufragar, aumentó en 500 mil personas, para llegar a cinco millones 330 mil 347. Esta entidad, uno de los campos de batalla que pueden definir al próximo presidente, es disputada por las maquinarias de los tres principales partidos, que esperan beneficiarse de la nutrida votación que aporta.

 

Gobernado por el PRI desde hace más de siete décadas, el estado, no obstante, ha visto competencias intensas, tanto en las elecciones para gobernador como en las presidenciales. Si tradicionalmente se consideró un bastión del PRI, en los dos últimos comicios este partido ha quedado en desventaja y, con márgenes mínimos, pero sigue imponiéndose en las elecciones para el Ejecutivo local.

 

En la elección de 2000, el PAN obtuvo la mayoría, con un millón 66 mil 719 votos; el PRI quedó muy cerca, con un millón ocho mil 933 sufragios, mientras la izquierda se rezagó con lejanos 200 mil electores.

 

Para los comicios de 2006 cambió la ventaja, aunque la distancia entre primero y segundo fue reducida: un millón seis mil 676 votos para el panista Felipe Calderón por un millón 36 mil 494 para el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador. El PRI se rezagó con 727 mil 638.

 

En los comicios locales previos a la cita presidencial se retrata a un PAN con números estables, a un PRI que obtiene el triunfo por poco, y a una izquierda que oscila entre la competencia entre tercios y un tercer lugar lejano.

 

En 2004, Gerardo Buganza se enfrentó a Fidel Herrera y la distancia entre ambos fue de dos puntos, 33% por 35% respectivamente, y apenas los separaron unos 30 mil votos, mientras Dante Delgado, de Convergencia, se quedó con el tercio menor, 28%. Seis años después, el ex priista Miguel Ángel Yunes alcanzó un millón 277 mil votos por un millón 365 mil del priista Javier Duarte, mientras Delgado se desfondó con 400 mil votos, menos de la mitad de los cosechados en su primer intento.

 

Para esta elección los tres partidos apuestan por su experiencia: el PAN, con arraigo en la región norte, tiene en el municipio de Tantoyuca, compuesto en 80% por población indígena, uno de sus enclaves más fuertes en todo el país, ya que cuenta con 14 mil adherentes y más de mil 500 afiliados. En las dos últimas elecciones, entre fuertes impugnaciones, Felipe Calderón y Josefina Vázquez Mota ganaron el estado.

 

En el sur, la zona que colinda con Tabasco, la izquierda tiene un importante número de simpatizantes, por lo que otra vez se prevé una fuerte competencia.

 

Por el lado del gobierno, el titular del Ejecutivo es un activo operador de Enrique Peña Nieto, por lo que el PRI espera mejores números que en las contiendas pasadas.

 

Hay un elemento que distingue a la elección del domingo de las anteriores, la violencia, que ha hecho que la Marina se encargue de las tareas de vigilancia porque las policías municipales y la estatal están totalmente infiltradas por los cárteles.