Autoridades de Texas informaron sobre siete muertes de migrantes, incluidos una mujer, dos bebés y un niño pequeño, que ponen de relieve el riesgo de una ola de calor extremo durante el verano boreal, cuando familias centroamericanas cruzan la frontera entre Estados Unidos y México.
La mujer y los tres niños podrían haber muerto el domingo antes de que la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos los encontrara cerca del río Bravo en el sur de Texas, según dijo el lunes tarde un funcionario local, que pidió no ser identificado.
Se cree que las víctimas perdieron la vida por la exposición al calor y la deshidratación en un área a unos 29 kilómetros al este de la ciudad texana de McAllen.
Al oeste, agentes de la Patrulla Fronteriza en el área de Del Río recuperaron los restos dos hombres en un rancho cerca de Carrizo Springs, luego de que llamadas anónimas el 19 y el 20 de junio alertaran de migrantes perdidos, dijo la agencia en un comunicado.
Otro cuerpo descompuesto fue encontrado el 20 de junio en la orilla del río Bravo, cerca de Normandy.
“Las temperaturas extremas durante esta época del año pueden ser fatales”, dijo Raul Ortiz, agente de la patrulla del sector de Del Río.
Los arrestos de migrantes indocumentados alcanzaron su nivel mensual más alto desde 2006 en mayo. Más del 60% de los detenidos eran niños o familias, muchos de ellos buscando asilo.
gac