GINEBRA.- La foto de un hombre y su hija pequeña ahogados en el río Bravo en la frontera entre Estados Unidos y México se colocó el miércoles en el centro del debate sobre las políticas de asilo del presidente Donald Trump.
La imagen de Oscar Alberto Martínez, de 25 años, y su hija de 24 meses, Angie Valeria, puso nuevamente el foco en la difícil situación de los refugiados y migrantes que en su mayoría vienen de países de América Central golpeados por la violencia y la pobreza.
La niña y su padre habían viajado desde El Salvador y buscaban asilo en Estados Unidos.
El candidato presidencial de Estados Unidos Bernie Sanders dijo que la imagen era “horrible” y que la represión a la migración del presidente hizo más probable las muertes.
A su vez, Trump culpó a los demócratas que, dijo, estaban bloqueando los intentos de su gobierno de cerrar “lagunas” en la ley estadounidense que alientan a los migrantes a solicitar asilo en Estados Unidos.
“Si arreglaran las leyes esto no pasaría. La gente está subiendo, está atravesando el río Bravo”, dijo Trump a periodistas. “Pueden cambiarlas muy fácilmente para que la gente no llegue y la gente no muera”, agregó.
La agencia de refugiados de las Naciones Unidas, ACNUR, comparó la fotografía con la del niño sirio de tres años Aylan Kurdi, quien se ahogó en el Mediterráneo y cuyo cuerpo se encontró en una playa de Turquía en 2015.
La foto, ampliamente difundida en redes sociales, muestra a ambos boca abajo sobre unos juncos junto a la orilla del río. Aparentemente, el padre había colocado su camiseta sobre la niña para improvisar un portabebés. Los pantalones cortos rojos de Valeria estaban hinchados por un pañal lleno de agua.
Enrique Maciel, director de la agencia de migrantes del estado mexicano de Tamaulipas, dijo que la familia Martínez había decidido cruzar el río luego de que le informaron de que tenían que anotarse en una lista de espera para solicitar asilo en el puerto de entrada Matamoros-Brownsville.
El miércoles, la madre de Martínez dijo a Reuters que había instado a su hijo a no irse, porque temía a los peligros que encontraría en el largo viaje hacia el norte.
El periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, puso la foto en su portada y el Papa Francisco expresó “inmensa tristeza”.
MGL