Cofepris brilla por su ausencia
En la Cámara de Diputados, el grupo parlamentario de Morena frenó la aprobación de la iniciativa para el nuevo etiquetado de alimentos y bebidas. En este tema hay dos versiones. La primera es que el dictamen se atascó en la Comisión de Salud, porque los cabilderos de la industria lograron negociar con Mario Delgado, líder de la bancada morenista, y pidieron apoyo con la Oficina de la Presidencia que encabeza Alfonso Romo. La segunda versión es que la Cofepris, que dirige José Alonso Novelo, no apoya en esas decisiones de regular las bebidas azucaradas, la comida chatarra y las grasas saturadas; los que saben del tema dicen que alguien de su equipo obstaculiza la chamba, y el comisionado lo desconoce: ¿corrupción por inacción?, se preguntan... ¿Será?
Inquietante austeridad
A diferencia de varios funcionarios que, según el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, se niegan a implementar la multicitada austeridad republicana, cuentan que la titular de la Fiscalía Especializada en el Combate a la Corrupción, María de la Luz Mijangos, decidió no hacer uso de chofer ni de personal que la resguarde. Aunque dicen que lo anterior es bien visto por sus jefes, no deja de generar nerviosismo entre sus colaboradores, pues, comentan, la tarea de perseguir a quienes incurren en actos ilícitos es considerada como de muy alto riesgo.
Las dudas sobre Janine
La imagen de Janine Otálora comienza a causar dudas en el Poder Judicial, luego de conocerse que sostuvo una reunión con la presidenta del PRI, Claudia Ruiz Massieu, antes de que se llevara a cabo la sesión del Tribunal Electoral decisiva sobre el Gobierno de Puebla, en la cual confirmó el triunfo de Martha Erika Alonso. Dicen que algo pudieron negociar, pues su voto fue definitivo. ¿Será?
Corrupción y violencia
Un asunto laboral que, por omisiones de la autoridad, lo dejaron escalar al ámbito de la violencia sacudió a la Semovi. Nos cuentan que la joven Zaira, responsable de un módulo de atención para discapacitados de la dependencia, denunció corrupción en el área, y a cambio fue presionada por gestores y empleados, quienes le pedían que cesara las acusaciones. El subdirector Marino Mejía Becerril, pese a conocer las quejas, dejó seguir la irregularidades -se dice-, hasta que otra empleada de ese módulo, Rocío Flores, atacó a golpes a Zaira, quien terminó por derribarla, cuyos hechos se suscitaron al interior de la secretaría. Las denuncias ya están en el MP y en la Contraloría Interna, pero sorprende el silencio del titular de la Semovi, Andrés Lajous, quien ofreció revisar el caso a fondo y que recibiría a la afectada, pero eso no ocurrió. Zaira renunció bajo amenazas de sus ex compañeros... y la corrupción sigue, aseguran. ¿Será?