Mientras revisaba mi cartera encontré un boleto de metro que correspondía a una edición conmemorativa del Día Mundial de la Población, impresa el año pasado. Su contenido hacía referencia al objetivo tres relativo a la salud y el bienestar, de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, e incluía la frase: “La planificación familiar es un derecho humano”.
De acuerdo con el Informe “Perspectivas de la población mundial 2019” de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), México es uno de los 10 países más poblados del mundo, con una cantidad estimada de 128 millones de habitantes, además se considera uno de los 22 países -el único latinoamericano-, que contribuirá de forma significativa al crecimiento de la población mundial entre 2019 y 2050.
El mismo informe en su edición 2018, calculaba que la población en la Ciudad de México y el área metropolitana ascendería a 21 millones 672,000 habitantes en 2019.
Hace 30 años que la ONU estableció el Día Mundial de la Población en 1989, que recordamos cada 11 de julio, con la finalidad de tener presentes los efectos y desafíos que representa el crecimiento demográfico.
Al respecto, la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, que este año celebra su 25 aniversario, ha reconocido que la salud reproductiva, el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género son condiciones indispensables para un desarrollo sostenible.
El crecimiento poblacional impacta en múltiples aspectos de dicho desarrollo, como los niveles de pobreza, seguridad, alimentación, salud, medio ambiente, educación, vivienda, trabajo, provisión de servicios, entre muchos más.
El derecho a la planificación familiar es toral para el control del crecimiento poblacional, por eso, debe ejercerse sin discriminación y en forma digna, con información de calidad, disponible y accesible, que facilite la toma de decisiones, de manera participativa y responsable, asegurando la privacidad y confidencialidad de los datos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en una publicación de 2011 sobre acceso a la información en materia reproductiva, ha señalado que garantizar la confidencialidad en este tema resulta trascendental para que las mujeres busquen atención médica de forma oportuna, ya que su vulneración puede dar lugar a pérdidas de empleo, expulsión familiar, agresiones físicas y otros abusos.
La Constitución de la Ciudad, así como las leyes de transparencia y protección de datos personales, garantizan los derechos de acceso a la información y a la privacidad, incluyendo información sobre derechos reproductivos, de tal manera que las personas puedan elegir si quieren tener hijos o no, con quién y el número e intervalo entre éstos.
Los ciudadanos de la metrópoli pueden informarse sobre métodos de anticoncepción y conocer sobre la interrupción legal del embarazo; además, pueden pedir su información personal de salud. El Instituto de Transparencia capitalino velará por estos dos derechos.
Para que el crecimiento poblacional de nuestra gran Ciudad de México vaya de la mano con un desarrollo sostenible es imprescindible combatir la desinformación, mediante la promoción del derecho a saber que permita a la ciudadanía contar con información útil para planificar mejor su vida y su familia, protegiendo su privacidad.
*Comisionada Ciudadana del Instituto de Transparencia de la Ciudad de México.
Twitter: @navysanmartin