El museo Guggenheim de Nueva York anunció hoy que celebrará la obra en blanco y negro de Pablo Picasso (1881-1973) con una exposición en octubre de 2012 que recorrerá la evolución de esos básicos colores en la paleta del artista español.

 

“El blanco y negro estuvo presente en la obra de Picasso a lo largo de su vida y su máximo exponente es ‘El Guernica'”, explicó hoy la comisaria de la muestra, Carmen Giménez, quien detalló que el museo reunirá cerca de cien obras para la exposición, la primera de un gran museo centrada en el blanco y negro del artista.

La muestra, que abrirá al público el 5 de octubre del próximo año y podrá verse hasta el 23 de enero de 2013, tratará de demostrar que “la aparentemente simple paleta de blanco y negro oculta la complejidad y la fuerza inherente a estos trabajos”, añadieron los organizadores de “Picasso Blanco y Negro”.

 

Las piezas de esta exposición repasarán la prolífica carrera del malagueño con obras que datan desde 1904, como “Mujer planchando”, pasando por bocetos de “El Guernica” de 1937, hasta obras de 1969, como “El beso”.

El anuncio de esa exposición de Picasso se produce mientras el museo centra sus esfuerzos en la promoción de la retrospectiva del controvertido artista italiano Maurizio Cattelan, que acoge desde el 4 de noviembre.

Con el nombre de “All” (Todo, en español), la particular muestra del trabajo del italiano cuelga literalmente desde el techo hasta el suelo del edificio del Guggenheim neoyorquino a través de unas largas cuerdas en el centro del hueco de la escalera circular que serpentea el museo.

 

De esa particular manera quiso el italiano exponer la retrospectiva de su trabajo, que en múltiples ocasiones a lo largo de su carrera ha levantado agrias polémicas, como la que generó con la escultura realista del entonces papa Juan Pablo II, tirado en el suelo bajo un meteorito.

 

 

“Aclamado simultáneamente por provocativo, bromista y poeta trágico de nuestro tiempo, Maurizio Cattelan ha creado algunas de las imágenes más inolvidables del arte contemporáneo reciente”, explica el Guggenheim en un comunicado sobre esta exposición.

 

Las comisarias, Nancy Spector y Katherine Brinson, detallaron que el artista rehusó realizar una retrospectiva cronológica al uso y prefirió componer una instalación específica para el museo, con lo que “celebra de forma astuta su inutilidad”, refiriéndose al amplio hueco de la escalera del museo, siempre vacío.

 

“La exposición es un ejercicio de falta de respeto: el artista ha colgado su trabajo como si fuera ropa para secar”, explicaron las comisarias, que detallan que colgando desde el techo del museo se encuentran prácticamente todas las piezas compuestas por el irreverente artista desde 1989.

 

La retrospectiva, que incluye obras como “Working Is a Bad Job” (1993), “Another Fucking Readymade” (1996) o “We are the revolution” (2000), se podrá ver en el museo neoyorquino hasta el próximo 22 de enero. (EFE)