Las tecnologías digitales tienen el potencial de impulsar un auge de la productividad global, especialmente porque el crecimiento de la productividad en muchos países está en mínimos históricos, considera Moody’s Investors Service.
Señala que la digitalización, que implica la adopción de tecnologías avanzadas como big data, aprendizaje automático, Inteligencia Artificial, computación en la nube, Internet de las Cosas y robótica avanzada, tiene como objetivo mejorar el procesamiento de la información y la calidad de la toma de decisiones mientras automatiza aún más las tareas rutinarias.
En un nuevo informe, la calificadora internacional apunta que los aumentos de productividad de la adopción de tecnología digital pueden tardar en materializarse, ya que requerirán inversiones complementarias y un nuevo diseño de los procesos empresariales.
“Las tecnologías digitales pueden llevar a una economía de ‘el ganador se lo lleva todo’, con pequeñas diferencias en la calidad que pueden llevar a diferencias sustanciales en las ganancias”, dijo la analista de Moody’s, Elena Duggar.
“Como resultado, las implicaciones de crédito corporativo dependerán no solo de la inversión de la empresa en Tecnologías de la Información (TI), sino también de cómo una empresa navega por los cambios en la estructura de la industria y la transformación de las preferencias de los consumidores”.
La agencia evaluadora considera que se requiere una innovación organizacional significativa para capturar todos los beneficios de las nuevas tecnologías, y que las ganancias de las inversiones de la compañía en tecnología de la información tienden a tener un retraso de cinco a siete años, ya que requieren una innovación organizativa significativa y una capacitación de la fuerza laboral.
Moody’s apunta que las tecnologías avanzadas pueden mitigar el impacto del envejecimiento en el crecimiento, pero también pueden transformar los mercados laborales mundiales.
Así, dos fuerzas jugarán unas contra otras: por un lado, el aumento de la productividad ampliará la producción y la demanda general de mano de obra, y creará nuevos tipos de trabajo, y por otro lado, las tecnologías pueden actuar como sustitutos del trabajo, ya que las tareas repetitivas realizadas por trabajadores poco y altamente calificados probablemente serán automatizadas.
Resalta además que las tecnologías digitales pueden ayudar a los gobiernos a operar de manera más eficiente y orientar mejor los servicios públicos, no obstante, desafiarán las estructuras impositivas actuales, los esquemas de redistribución de ingresos y los sistemas educativos.
Es probable que aumenten los riesgos políticos, ya que puede ser necesaria una política gubernamental para mitigar el impacto de las dislocaciones laborales, puntualizó en el reporte.
jhs