En Michoacán se produjo el primer encontronazo entre los dos aparatos que se enfrentaran en los comicios presidenciales de 2012: la estructura del gobierno federal, con toda su cauda de recursos económicos y programas sociales, y las estructuras de los gobiernos estatales del PRI que con una bolsa común de recursos respondieron a la ofensiva central en estos comicios locales. ¿Cuál de los dos aparatos será más efectivo y capaz de derrotar al otro? Lo sabremos el próximo domingo.
Por lo pronto, lo que ya puede verse, a unas horas de las votaciones michoacanas, es que el duelo de estructuras confirmó que en Michoacán, como en el resto de México, las elecciones siguen siendo un asunto de dinero. No ganará quien haya presentado las mejores propuestas o la oferta más atractiva al electorado, sino quien tuvo más capacidad económica para invertir en propaganda, para acarrear personas a sus mítines o incluso para poner en marcha estrategias de coptación y compra de votos.
Si la panista Luisa María Calderón llega al final de la contienda alcanzando y, según algunos sondeos incluso rebasando a su contrincante priista, Fausto Vallejo, fue por algo más que carisma o simpatía del electorado, fueron los millones de pesos invertidos en su campaña y canalizados en apoyos federales a cambio de votos en la consagración de la política clientelar de los programas sociales en la era del PAN.
El mismo priista Vallejo reconoció, en una declaración reciente, que el dinero mandó en esta contienda: “Me faltó tiempo y dinero”, dijo, en lo que sonó a un reconocimiento anticipado de derrota y una confesión de parte de que todo el dinero que le inyectaron los gobernadores priistas y el CEN de su partido, no alcanzo para ganarle a las carretadas de recursos que llegaron desde el centro para la campaña panista.
El mismo dinero, aunque en este caso la falta de, que hizo desplomarse al candidato del partido oficial, Silvano Aureoles, quien al no tener el apoyo del gobierno de Leonel Godoy, sometido a una sequía de recursos y partidas desde el gobierno central, nada pudo hacer para inyectarle recursos a la campaña del PRD, además de que tampoco otros gobiernos perredistas, como el de Marcelo Ebrard, apoyaron la campaña de Silvano.
Al final Michoacán es el aviso y la confirmación de que, por encima de leyes y reformas electorales, sin importar los miles de millones de pesos que los mexicanos hemos invertido en instituciones electorales, sigue siendo el dinero el principal factor que mueve y determina los procesos electorales. Eso es lo que nos espera en 2012: un segundo duelo de aparatos y de recursos públicos y privados que buscaran ya no ganar sino comprar su regreso o su permanencia el poder.
NOTAS INDISCRETAS… Un privado ayer del Hotel Four Seasons fue el punto de un largo encuentro de operadores políticos del PAN y del gobierno. Encerrados por varias horas estuvieron Juan Molinar Horcasitas, coordinador electoral del CEN panista, junto con Javier Lozano, secretario del Trabajo y el director del CISEN, Alejandro Poiré. Computadoras y documentos en la mesa confirmaban que más que una comida de amigos aquella era una reunión de trabajo o de operación política. Y para confirmarlo, el ultimo entrar a ajeno encerrona fue Miguel Ángel Yunes, el ex candidato panista en Veracruz y experto también en operativos electorales. ¿Algo que ver con la elección del domingo en Michoacán o pura coincidencia?..Se lanzan los dados: Serpiente. Mala semana.
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