Una manifestación en Lincoln Park, en el centro-sur de El Paso, Texas, concentró a un grupo que pugna por una ley para prohibir los rifles de asalto junto a defensores del derecho constitucional de los estadounidenses a poseer armas de fuego.
El acto, en el que estuvieron presentes la demócrata por El Paso en la Cámara de Representantes, Veronica Escobar; el representante estatal Joe Moody y la representante de la ciudad, Alexandra Annello, tuvo lugar a dos semanas del tiroteo en un centro comercial de la ciudad, que dejó 22 muertos.
“Estas últimas dos semanas han sido muy difíciles para todos nosotros (…) pero, sobre todo, han sido dos semanas llenas de preguntas. Preguntas sobre cómo algo así pudo suceder en Estados Unidos y especialmente en El Paso”, afirmó Escobar, citada por el diario local El Paso Times.
“A menos que tengamos una mirada honesta sobre todo lo que llevó al 3 de agosto (día del tiroteo), no sabremos el camino hacia adelante”, añadió la legisladora, quien insistió en que el Congreso estadunidense debe aprobar una ley que prohíba los rifles de asalto.
Durante el evento, que congregó a unas 50 personas, activistas recabaron firmas para solicitar al líder de la mayoría republicana en el Senado de Estados Unidos, Mitch McConnell, leyes más estrictas para el control de las armas.
En contraposición, dos miembros de la organización Open Carry Texas, dedicada al transporte seguro y legal de armas de fuego en este estado, protestaron contra lo que consideraron un intento de líderes locales para despojar a los ciudadanos estadounidenses de sus derechos constitucionales.
Unos de ellos, quien se identificó como un veterano de guerra, afirmó que quitar las armas a los ciudadanos, los deja indefensos frente a los delincuentes.
El veterano del Ejército Chris Yost sostuvo que con una capacitación adecuada y la verificación de antecedentes y de la edad legal, se le debe permitir a cualquier persona tener un arma para defenderse a sí misma, a su familia y a su comunidad.
Un debate sobre la necesidad de un mayor control de las armas y el derecho constitucional de los estadunidenses a poseer material bélico se reactivó luego del tiroteo de hace dos semanas en el centro comercial Cielo Vista de El Paso, donde el supremacista Patrick Crusius, mató a 22 personas y causó heridas a 26 más.
PAL