Después de una pausa en su carrera debido a una lesión y la llegada de su hija Ivana, Paola Espinosa está en su mejor momento.
Presenta una edad perfecta, madurez física, mental, gran talento y habilidad, la deportista regresa a las competencias para reclamar su lugar entre las mejores clavadistas del mundo, y con la mirada fija en lo alto del podio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
En una entrevista con 24 HORAS, Espinosa dijo que la clave del éxito obtenido en el pasado Mundial de la FINA y los Juegos Panamericanos en Lima 2019, fue su entrenador Iván Bautista, quien la aceptó en el equipo que entrena en Guadalajara, hizo un plan para la clavadista y le dio la confianza necesaria para cosechar las medallas obtenidas. Gracias al gran desempeño de Paola, México obtuvo una plaza para los juegos olímpicos de Tokio 2020.
“Estoy muy feliz y orgullosa, porque pude ya darle un boleto olímpico a mi país. Regresar fue muy difícil, en el camino no sabía si las cosas iban a pasar como yo las estaba planeando. La clave de todo fue mi entrenador Iván Bautista, desde el día número uno que decidí regresar, que hablé con él, y me aceptaron en el equipo de Guadalajara”, relató Paola con una gran sonrisa en el rostro.
El reto de la transición de la plataforma de 10 al trampolín de 3 metros, lleva a Paola a tener que ganar más peso para lograr más impulso, algo complicado para ella, aunque en la cuestión técnica, ella ya conoce los clavados e incluso tiene la habilidad de realizarlos elegantes.
“Estoy muy delgada, sí como muy bien, pero me cuesta mucho trabajo ganar peso, y tengo que trabajar en eso, porque los clavados ya los domino, ahora tengo que llegar a 42 o 53 kilos”, confesó Espinosa.
Sin embargo, Paola presentó problemas en el aspecto físico, tuvo sacroilitis con ciática, intentó con acupuntura, medicina china, punción seca, muchas agujas, una etapa muy complicada y dolorosa ya que no podía agacharse, ni hacer cosas cotidianas, hasta que llegó la doctora Andrea Campos y la ayudo a superar la lesión, corrigió su postura, aprendió a respirar, en general hacer ejercicios.
“Pasé por una época donde me sentí triste, porque aparte del dolor físico, me sentía triste porque no sabía si lo iba a superar. Intenté de todo: acupuntura, miles de estudios, punción seca. Aparte soy una persona muy delgada y sentía que me tocaban los huesos, fue muy doloroso”, confesó la mujer de 33 años, y que le ha dado grandes satisfacciones a México.
Para la clavadista, la alegría y motivación que genera Ivana, su hija no tiene comparación, no hay nada mejor que ver a sus hija en las tribunas, poder disfrutar y cumplir junto a ella sus sueños. Si su hija decide seguir el camino de los padres, entrenar y convertirse en deportista de alto rendimiento no quedará más que apoyarla y ayudarla para que su camino sea fácil.
Si Paola Espinosa tuviera que decir adiós, tiene la certeza de que los clavados femeninos está en buenas manos, las nuevas generaciones vienen pisando muy fuerte, haciendo grandes papeles a nivel mundial a la par de cualquier competidor. “La tradición de los clavados en México es de muchos años, y estoy seguro que en mujeres y hombres hay grandes exponentes en el país”.
La visita culminó con Paola hablando de su futuro. “Como entrenadora, no (soltó una carcajada), pero estoy segura que voy a apoyar al deporte desde algún lado”.
Frases
“Las medallas que he ganado en los Juegos Panamericanos me hacen muy feliz, orgullosa y lo más importante, es que a mi nadie me ha regalado nada, todo me lo he ganado yo”
“Me siento feliz de regresar a las grandes ligas, de enfrentarme a las mejores y tranquila por darle un pase olímpico a mi país”
“No hay nada más bonito para mi, que poder ver a mi hija disfrutar estos momentos conmigo”
Paola Espinosa Sánchez multimedallista mexicana
LEG