Más que curioso, parece sintomático: que tantos equipos lancen un uniforme verde inspirado en el de México, al tiempo que nuestra selección nacional viste de negro.
Si ya ha sido llamativo que Guadalajara o América lo hagan, resulta mucho más interesante verlo en el distante Wolverhampton inglés.
Gran medida de mercadotecnia, con tremendo potencial de ventas tanto en esa localidad británica como en nuestro país, con Raúl Alonso Jiménez como eje.
Con el atacante mexicano como principal estrella, autor ya de ocho goles en tan joven campaña, los Wolves viven el mejor momento de su historia. Tras clasificarse a la ronda previa de esta Europa League, se han ganado su sitio en el certamen derrotando nada menos que al Torino italiano.
El uniforme alternativo no es sólo verde, sino en el tono exacto del verde que tradicionalmente ha vestido el cuadro tricolor. Para mayor efecto, lo han dado a conocer en plena fecha FIFA, justo cuando Raúl se encuentra concentrado con la selección.
Por supuesto, detrás de lo que tiene pinta de homenaje, existe una campaña del Wolverhampton para penetrar un mercado con las posibilidades del mexicano. Sin embargo, esta muestra de cariño va directo a la lista de las más entrañables que los futbolistas de nuestro país hayan recibido en Europa.
Por citar algunas de las principales, los cánticos a Hugo Sánchez que perduran en el estadio Bernabéu; las banderas mexicanas, con el rostro de Javier Hernández al centro, que se vendían en Old Trafford; aquel enorme letrero suplicando a Andrés Guardado que se quedara en el PSV Eindhoven (“nuestra águila de oro mexicana tiene que estar en el PSV Eindhoven, nuestra casa es tu casa, Andrés”).
Mientras Raúl era suplente en el Benfica y aprovechaba con goles los muy escasos minutos que se le brindaban, insistía que le urgía un equipo que confiara en él. Resulta evidente lo que ha sucedido en cuanto eso se le ha concedido: un delantero que hace la diferencia, que juega y hace jugar, que anota y asiste, que carga lleno de liderazgo con su once.
Tras un Mundial de Rusia en el que contó mucho menos de lo que hubiese merecido (o en el que no supo convencer al entrenador de que merecía mucho más), Raúl Alonso disfruta de su instante más dulce.
Al fin titular en la selección, al fin indispensable en su club, sus dos amores se mezclan con esta camiseta. Muy extraños tiempos en los que vestirá de verde en ese rincón de las Midlands inglesas y no con su representativo nacional.
Twitter/albertolati