Es un hombre que se preocupa por el medio ambiente, esa fue una de sus principales características para ser considerado secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cargo que asumió el 1 de enero de 2017, como favorito, según mencionó en su momento Vitaly Churkin, representante de Rusia ante el organismo: “Hoy en día, después de la sexta votación del Consejo de Seguridad, hay un claro favorito, y su nombre es António Guterres (Lisboa, Portugal, 1949)”.
Una de sus obsesiones: frenar el aumento de la temperatura del planeta para evitar las terribles consecuencias que provoca el calentamiento global.
Parece simple, y la repite en cada oportunidad que se le presenta. Pide la ayuda de la sociedad, llama a las personas a colaborar con pequeñas acciones, como en la manera de cultivar y usar la tierra y la energía.
Con los líderes mundiales ha sido particularmente estricto. Los exhibe con sutileza para que fortalezcan los compromisos para poder lograr el objetivo: “La gente quiere soluciones, compromisos, acciones, no discursos”.
Como buen líder no se queda atrás y pone el ejemplo con pequeñas acciones. En una entrevista con el diario El País declaro que, en la cafetería de la ONU, con sede en Nueva York, el plástico no es un material grato, por lo que fue sustituido por utensilios amigables con el planeta.
El ingeniero en física y electrónica de profesión reconoce los esfuerzos de los jóvenes por crear un mejor mundo, sus aportaciones.
Fue el artífice de la polémica visita de la activista Greta Thunberg a la Asamblea General de la ONU de este año.
Pero tampoco es ingenuo, admite que es difícil complacer a los 193 países que pertenecen a las Naciones Unidas: “Mi generación ha fallado en gran medida hasta ahora para preservar tanto la justicia en el mundo como el planeta”.
Guterres fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (2005-2015) en un momento crítico durante los conflictos de Siria e Iraq. También se desempeñó como primer ministro de Portugal; participó en las iniciativas internacionales para resolver la crisis de Timor Oriental.
LEG