Activistas por el cambio climático, entre ellos uno de los fundadores del movimiento Extinction Rebellion, desafiaron el martes la orden de la policía británica de terminar con sus protestas tras una semana de marchas en Londres, y volcaron sus acciones contra el Ministerio del Transporte y la agencia de seguridad MI5.
Gail Bradbrook, una de las creadoras de la agrupación medioambientalista que ha impulsado jornadas de protestas en todo el mundo, subió a lo alto de la entrada del Ministerio de Transporte para expresar su rechazo a un proyecto de trenes de alta velocidad conocido como HS2.
“Esta es la naturaleza defendiéndose a sí misma”, dijo Bradbrook, mientras varios transeúntes la observaban desde una galería dentro del edificio y la policía acordonaba la calle. “Estoy haciendo esto por sus hijos”, gritó.
Tras invocar el ejemplo de la sufragista Emmeline Pankhurst, Bradbrook intentó quebrar una de las ventanas del edificio con un martillo antes de un oficial de la policía la obligara a bajar y la arrestara.
El grupo, que utiliza la desobediencia civil para poner de relieve los riesgos del cambio climático y la pérdida acelerada de especies, ha organizado una nueva ola de protestas y acciones en ciudades desde Amsterdam a Melbourne desde el 7 de octubre.
En Nueva York, activistas usaron pegamento para quedar adheridos a un bote de vela en Broadway la semana pasada, a fin de llamar la atención sobre el aumento de los niveles de los océanos. En Bruselas, la policía usó cañones de agua el sábado para dispersar a cientos de activistas de Extinction Rebellion que se congregaron en una plaza.
El lunes en Londres, la policía ordenó al grupo que detuviera todas sus protestas y amenazó con arrestar a los manifestantes.
RYHP