En Sidi, Un relato de frontera, la nueva obra del escritor Arturo Pérez-Reverte, la pluma del autor regresa una vez más en el tiempo, tomando como personaje principal a uno de los héroes legendarios de la historia de España, Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid.
Pérez-Reverte, quien ha deleitado a sus lectores con las historias del ficticio Diego Alatriste en el siglo XVII (que arrancan con El Capitan Alatriste, publicado en 1996) , ahora se remonta aún más atrás, al siglo XI, para retratar a uno de los personajes más famosos entre los relatos de caballeros.
La historia de Rodrigo Díaz de Vivar ha llegado hasta nuestros días a través del Cantar del mio Cid (anónimo), el cantar de gesta que relata las hazañas heroicas del guerrero castellano, condenado por su rey al exilio y obligado a combatir bajo diferentes banderas en una España dividida en diversos reinos cristianos y musulmanes.
El autor toma los primeros años de ese exilio, cuando El Cid (Sidi, en la historia de Pérez-Reverte) y un grupo de leales combate no por gloria u honor, sino por llevarse el pan a la boca, vendiendo la espada hoy a un señor y mañana a otro, desvalijando a los muertos y esclavizando a los desdichados prisioneros.
Al igual que en los relatos del capitán Alatriste, Pérez-Reverte muestra a un hombre marcado por un profundo principio, que es la lealtad al rey.
Alatriste lo dice a su pupilo, Íñigo Balboa, durante una rebelión entre los Tercios en Flandes: “Tu rey es tu rey”, mientras que El Cid o Sidi (señor, en árabe andalusí) guarda la disciplina entre sus hombres a la par de un quinto del botín para el rey Alfonso, su monarca.
Sidi es un héroe, pero también un mercenario, pero uno con sus códigos de conducta, que piensa en el botín que arrebatará al enemigo, necesario para comer, beber y mantener a su esposa e hijas en la tierra natal, pero también combate con valentía, imparte justicia entre sus hombres y respeta las creencias de sus adversarios musulmanes.
Es en ese punto donde se encuentran de nuevo semejanzas entre Diego Alatriste y Rodrigo Díaz de Vivar, pues ambos combaten contra religiones diferentes a la católica, el primero en Flandes y el Mediterráneo contra protestantes y musulmanes, y el segundo contra los moriscos que poblaron gran parte de España (y también contra cristianos, estando a sueldo de los moriscos, valga decirlo).
Sin embargo, ambos se separan también, pues mientras Alatriste combate por oficio, sin mostrar un especial fervor religioso, El Cid ora antes de entrar en combate y pide la absolución al sacerdote en caso de caer en batalla, pero también sabe orar en árabe y da a entender que, pese a diferentes ritos, es el mismo Dios quien protege a cristianos y musulmanes.
En fin, quien todavía esté esperando un nuevo relato del capitán Alatriste, sabrá devorar con ansías las páginas de Sidi, Un relato de frontera, que en México llega de la mano de la editorial Alfaguara… ¡Por Santiago, Castilla y Santiago!
LEG