Luego de los hechos en que murieron nueve miembros de la familia LeBarón al incendiarse la camioneta en que viajaban y los tripulantes de otros dos vehículos permanecen en calidad de desaparecidos; la familia LeBarón dio a conocer un comunicado en que narran cómo ocurrió el ataque.
“En la mañana del 4 de noviembre de 2019, tres madres en tres vehículos, con catorce niños entre ellas, salieron de LaMora, una pequeña comunidad familiar en las montañas del noreste de Sonora“.
Dijeron que los pasajeros de dos de los vehículos se dirigían a ver a familiares, mientras que el tercer auto iba a recoger a alguien al aeropuerto de Phoenix, Arizona.
“Nunca lo lograron. Fueron emboscados por los carteles mexicanos; fusilado, quemado y asesinado a sangre fría. Eran civiles inocentes, ciudadanos estadounidenses que simplemente intentaban vivir vidas pacíficas”, dijeron.
Explicaron que por 11 horas, los familiares de las víctimas en Sonora, Chihuahua y el medio oeste de EU, esperaron por noticias acerca de sobrevivientes.
“El primer vehículo fue encontrado lleno de agujeros de bala y completamente en llamas. Nita y los cuatro de sus siete hijos que había tomado en el viaje fueron quemados en su mayoría cenizas y solo quedaron unos pocos huesos carbonizados para identificar que los cinco habían estado dentro”.
Señalaron que una de las víctimas habría intentado escapar, ya que la puerta de su lado estaba abierta y el cuerpo se encontraba parcialmente afuera del vehículo.
Mencionaron que a 10 millas del sitio, estaban Christina, con su bebé Faith en su vehículo, y Dawna con nueve hijos en el suyo; a quienes les dispararon desde adelante.
“Christina saltó agitando los brazos para que los atacantes supieran que había mujeres y niños en los vehículos. Ella dio su vida para tratar de salvar el resto. Dawna y dos de sus hijos también fueron asesinados en el tiroteo”.
En el comunicado mencionan que Devin, uno de los hijos de Dawna, escondió a sus seis hermanos en los arbustos, los cubrió de ramas para mantenerlos a salvo y partió en busca de ayuda; pero al tardar en volver, su hermana de 9 años de edad, también fue en busca de ayuda.
“Devin llegó a LaMora a las 5:30 p. M., 6 horas después de la emboscada, dando las primeras noticias que alguien había escuchado sobre sus familias y las de Christina”.
Se indicó que los tíos de Devin tomaron armas y fueron a buscar a los niños escondidos, pero no llegaron lejos antes de percatarse de que arriesgarían la vida debido a reportes de disparon contínuos en las montañas cerca de La Mora.
“El grupo de hombres esperó un momento por refuerzos, y alrededor de las 7:30, encontraron a los niños escondidos. Encontraron al bebé Faith de Christina con el vehículo a su alrededor lleno de agujeros de bala. De alguna manera ella había permanecido intacta y viva. Estaba en el asiento de su auto, que parecía haber sido colocado apresuradamente en el piso del vehículo por su madre para su protección”.
Se informó que siguió la búsqueda, debido a que se desconocía el paradero de Mckenzie, la niña que había ido por ayuda, y fue hasta las 21:30 horas que fue hallada.
Los cinco de los niños de Dawna que resultaron heridos fueron recogidos por una ambulancia en espera y atendidos en el hospital local hasta que un helicóptero enviado por el ejército mexicano vino a recogerlos. Su padre David, que ya había llegado de Tucson, Arizona, los acompañó para ser transportados en otro helicóptero que esperaba en la frontera de EU.
fahl