Finalmente, el presidente Donald Trump llegó a la situación que nunca pensó enfrentar: un histórico proceso de impeachment o juicio político, el cual, a partir de este miércoles se difundirá en vivo y a todo color. En televisión aparecerán los testimonios de altos funcionarios y experimentados diplomáticos de su Gobierno, en audiencias del Congreso, confirmando la denuncia del whistleblower de la CIA y describiendo el abuso del poder con fines personales.

En una desesperada respuesta, el presidente y los republicanos exigieron la comparecencia del testigo protegido -prohibido por una ley federal que lo protege-, y testigos relacionados con Ucrania, en el esfuerzo de descarrilar el proceso, buscando un choque y conscientes de que su petición no es apoyada por la mayoría demócrata en los comités.

Republicanos al ataque

Argumentan que es “partidista e injusto” y tratan de convertirlo en un circo contra Biden y su hijo, lo que lógicamente fue rechazado por Adam Schiff, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja, quien prepara la nueva y explosiva fase de ese proceso, luego de difundir ampliamente dos mil 677 páginas con la transcripción del testimonio de altos funcionarios y diplomáticos del Departamento de Estado y la Casa Blanca en todos los medios de comunicación, que confirman en detalle la denuncia confidencial en contra del presidente.

En descabelladas declaraciones y tormentas de tuits que revelan su angustia y frustración, Trump intensificó sus ataques contra el empleado anónimo de la CIA que lo denunció y activó el proceso en su contra, así como la campaña de mentiras e insultos a legisladores demócratas.

Cacería de brujas… insiste

“No debería hacer audiencias públicas”, dice el presidente, “es un engaño, es como la cacería de brujas sobre Rusia, esta es una continuación. Creí que habíamos llegado al final, es un engaño muy desafortunado, mientras tenemos los mejores mercados que hemos tenido, mejores estadísticas de desempleo, pero la gente no quiere hablar de eso”, dijo Trump, mientras el país parece avanzar a una inminente crisis constitucional.

Trump ratificó su prohibición de que integrantes de su Gobierno acudan a testificar ante tres comités del Congreso que lo investigan bajo el argumento de que “no quiere darle credibilidad” sin comprender que eso es otra evidencia de obstrucción, en tanto que más de una docena de funcionarios acuden a Cortes Federales para que decidan si deben testificar desafiando al presidente, entre ellos Mick Mulvaney, jefe de Gabinete, a quien funcionarios y diplomáticos describen como el coordinador de la política sucia hacia Ucrania.

Eso agudiza otros problemas del presidente, como la negativa de China, de firmar ahora un tratado comercial, que prefiere hacer hasta después de la elección de 2020, el rechazo de su procurador general, William Barr, de convocar a una conferencia de prensa para defenderlo diciendo que “el presidente no incurrió en delito alguno”.

La decisión judicial que lo obliga a pagar dos millones de dólares a organizaciones no lucrativas, por el abusivo uso de su Fundación clausurada, que tenía como caja chica, o con la exigencia de que el inspector general del Pentágono investigue a su equipo por retener ilegalmente la asistencia militar a Ucrania, como solicitan senadores demócratas.

Trump analiza cierre de gobierno

Trump repite ahora el nuevo “mantra” de “No Quid-pro-Quo” con la misma devoción que pronunció antes – a manera de conjuro-, su “No Colusión, No Obstrucción” que, piensa, lo salvó del juicio político antes. Pero con todos los elementos acumulados en su contra, en su primero y quizás último término, las cosas han cambiado.

Mientras analiza la posibilidad de cerrar el Gobierno a fin de año en la negociación de presupuesto, si le confirman que detendría el impeachment en su contra, el presidente Trump, presa de una profunda rabia, frustración e impotencia, lucha por comprender el proceso, mientras inconscientemente continúa defendiendo las acciones por las que lo enjuician: su fallida presión para que Ucrania interfiera en la elección presidencial de 2020, investigando a Joe Biden y su hijo Hunter, lo que quiso ocultar, bajo el falso argumento de la “lucha contra la corrupción”.

“Estamos dando millones de dólares y viendo corrupción y todo lo que tienen que ver es ver a los Biden y verán una tremenda corrupción, porque lo que él hizo es quid-pro-quo 10 veces más”, dice Trump, sin entender la ilegalidad que significa usar el poder presidencial para invitar a una nación a intervenir en una elección presidencial, como hizo Rusia en 2016, para favorecerlo, con información negativa de su oponente político.

Exige conocer al testigo

Hundiéndose cada vez más, a pesar de todos sus argumentos y mentiras, Trump ahora quiere que al menos Biden sea involucrado en su juicio para crear dudas sobre su potencial contendiente por la Casa Blanca, en lo que ya trabajan sus incondicionales republicanos.

“¿Qué hizo Hunter Biden por el dinero?, él y Sleepy Joe (Biden) deben testificar (en la investigación)”, dijo Trump a través de su cuenta de Twitter, lo que tomaron como orden los republicanos a su servicio.

“Nunca escuché quién es esa gente, no tengo idea de quiénes son, algunos son gente muy fina, otros son “Never-Trumpers”, pero parece que nadie tuvo conocimiento de primera mano y lo único que importa es la transcripción de mi llamada, que fue perfecta”, dijo Trump el fin de semana.

Y es que cada día queda más claro que -en un viraje radical a la tradicional política de apoyo de EU a Ucrania, que sufre de constantes agresiones de grupos pro rusos financiados por el Kremlin-, Trump creó un canal no oficial de comunicación con una agenda secreta, encabezado por Rudy Giuliani su abogado personal, que compitió con la vía diplomática, apoyado por el vicepresidente Mike Pence, el Secretario de Estado Mike Pompeo, Mick Mulvaney, jefe de Gabinete de la Casa Blanca y diplomáticos a cargo de Ucrania.

El objetivo: explotar la urgente necesidad de millones de dólares en asistencia militar -autorizados por el Congreso- que requería Ucrania y que Trump condicionó a que ése país investigara a Biden, su potencial contendiente Demócrata en la Elección Presidencial, según denunciaron los principales responsables de la política de EU hacia Ucrania.

Pompeo pervierte interés nacional

Los funcionarios y diplomáticos condenaron el injustificado despido de Marie Yovanovitch, como embajadora de Estados Unidos en Ucrania, “luego de una campaña de mentiras y presión de Giuliani ante el presidente Donald Trump, porque ella no se prestó a la política sucia hacia Kiev, por lo que Mike Pompeo ordenó que “se regresara a Estados Unidos en el primer avión disponible”.
Michael McKinley, quien renunció como asesor de Pompeo por la inédita traición del secretario de Estado a la diplomática, que no tiene precedente en este país, dijo que personalmente pidió a Pompeo en tres ocasiones, que cuando menos emitiera una declaración de apoyo, a lo que se negó.

De acuerdo con el diario The New York Times, Pompeo, quien tuvo conocimiento de la política oscura de Trump, “que facilitó, ha pervertido y sometido el interés nacional, en aras de satisfacer el sórdido proyecto político del Presidente”.

Siguiendo órdenes de Trump, el secretario de Estado, que trató inútilmente de bloquear el testimonio de su asesor Michael McKinley; de Philip Reeker, subsecretario de Estado para Europa, el embajador William Taylor y otros funcionarios y diplomáticos, enfrenta cada vez más presión, porque lejos de asumir la defensa de su equipo, como han hecho tradicionalmente los Jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Pompeo simplemente removió a la embajadora Yovanovitch, tras ignorar sus denuncias y mentir acerca de ello.

Coinciden en que hubo presión

De acuerdo a Taylor “En una llamada telefónica, el embajador Soundland le comentó que el Presidente Trump quería que el Presidente Zelenskiy anunciara públicamente que Ucrania investigaría a Burisma, a los Biden, (Hillary) Clinton y la supuesta “interferencia” de Ucrania en la elección de 2016”.

George Kent, SubSecretario de Estado para Europa y EuroAsia, reveló al Comité de Inteligencia su “alarma, porque la insistencia del Presidente hacia Ucrania, iniciaría procesos por motivaciones políticas, calificando ese esfuerzo como “el tipo de tácticas que Estados Unidos condenó en los países más corruptos del mundo”.

Kent dijo que la presión por las investigaciones, encabezada por Giuliani “eran un insulto al imperio de la ley y contrarias a décadas de política externa de Estados Unidos”.

Fiona Hill, Experta en Rusia, del Consejo Nacional de Inteligencia habló al Congreso sobre el peligro de la gestión externa de Giuliani, de quien,John Bolton, Ex Asesor Nacional de Seguridad dijo veía esa política como “acuerdo de narcos” y advirtió que Giuliani era “una granada de mano que destruiría a todos”.

Philip Reeker, Subsecretario de Estado para Europa y EuroAsia, coincidió con el peligro de la gestión de Giuliani y sobre el despido injustificado de la Embajadora Yovanovitch.

Laura Cooper, Subsecretaria de Defensa para Rusia, Ucrania y EurAsia y Catherine Croft, del Departamento de Estado, hablaron sobre la importancia de la asistencia militar a Ucrania, Christopher Anderson, del Departamento de Estado, habló de las discusiones sobre la ayuda a Ucrania, igual que Tim Morrison, del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, David Hale, Jennifer Williams, Asistente del Vicepresidente Mike Pence y otros, de los que la mayoría ahora testificará en las audiencias públicas.

Republicanos buscan desviar debate

Como parte de la “estrategia” Republicana, de desviar el debate del abuso presidencial, hacia argumentos infundados sobre la presunta participación de Ucrania en la elección Presidencial de 2016, los Republicanos pidieron a la Líder Nancy Pelosi, que en las audiencias públicas que comienzan esta semana, se cite a testificar a Hunter Biden, hijo del potencial candidato presidencial Demócrata Joe Biden, así como a:

Devon Archer, ExIntegrante del Consejo de Administración de la empresa Burisma, en que trabajó Hunter Biden.

Alejandra Chalupa, staffer del Comité Nacional Demócrata, que trabajó en la embajada de Ucrania en Washington.

David Hale, SubSecretario de Estado para Asuntos Políticos.

Tim Morrison, Ex Director de Asuntos Rusos y Europeos del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.

Nellie Ohr, Ex Contratista del Grupo Fusion GPS, para hablar del Steele Dossier, al que Trump y su Procurador quieren atribuir el inicio de la investigación del FBI a su Comité de Campaña.

El Embajador Kurt Volker, Ex-Enviado Especial de Estados Unidos para Ucrania.

El Whistleblower anónimo, que llevó a los Demócratas a iniciar el proceso de Impeachment porque -dicen los republicanos- “Trump tiene derecho a confrontar a quien lo acusa” aún en violación a una ley federal que protege la identidad e integridad del denunciante confidencial.

Y a todos los individuos relacionados con el Whistleblower, en la redacción de su segunda denuncia, luego de la llamada del Presidente Trump con su homólogo Volodymyr Zelensky, el 25 de Julio.

Sin embargo, las reglas, creadas hace años por los Republicanos establecen que la lista de testigos deberá ser aprobada por los Comités, lo que, considerando la mayoría demócrata, representa un obstáculo para los conservadores.
Los Demócratas esperan aprobar los Artículos de Impeachment la última semana de Noviembre para que el juicio político termine los días previos a la Navidad.

Tensión hasta 2020

Mientras un mayor número de estadounidenses favorece el Impeachment, ven también con angustia lo que podría ser su alternativa en las elecciones presidenciales de 2020.

Sin embargo, el creciente número de aspirantes presidenciales demócratas, a los que se sumó primero el millonario Tom Stayer, quien está ya involucrado en un escándalo por supuestamente haber ofrecido dinero a políticos de Iowa, a cambio de su apoyo y ahora el millonario republicano Michael Bloomberg, quien quiere incorporarse a la campaña y debates, lo que generó la inmediata objeción de Bernie Sanders y Elizabeth Warren, aumentando fracturas en el partido Demócrata, que además, gasta millones de dólares en pre-campañas, sin tomar en consideración los multimillonarios recursos que acumula el partido Republicano, lo que aumenta la incertidumbre de un electorado que busca impedir a toda costa la reelección de Donald Trump, cuya gestión nunca ha sido apoyada por más de 45% de la población y que ahora es apenas superior A 36% en las últimas encuestas.

Congreso hará tres preguntas básicas

1.- ¿Solicitó el Presidente Trump a un gobierno extranjero realizar investigaciones que beneficiaran su interés político personal?
2.- ¿El Presidente Trump o sus asistentes usaron el poder de la presidencia para presionar a Ucrania?
3.- ¿Intentó la Administración Trump obstruir la justicia ocultando evidencia de las acciones del Presidente, relacionadas con Ucrania?
En defensa del mandatario los Republicanos van desde explicaciones de que “no hubo quid-pro-quo”, hasta reconocerlo argumentando que no amerita Juicio Político, enfocando su crítica más en el Impeachment que en el abuso de poder de Trump.

Trump bloquea testimonio de funcionarios

En el esfuerzo de impedir ser investigado, el presidente Trump bloqueó órdenes legislativas de presentación de Russell Vaughn, Michael Duffey, Brian Mc Cormack y Mark Sandy, de la Oficina de Manejo de Presupuesto de la Casa Blanca, igual que John Bolton, John Eisenberg, Michael Ellis y Wells Griffith, del Consejo Nacional de Seguridad, Mick Mulvaney, Jefe de Gabinete y su asistente Robert Blair, quienes ignoraron las órdenes legislativas, negándose a testificar, como Ulrich Brechbuhl del Departamento de Estado.

Otros ya testificaron como Gordon Soundland, embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, quien reconoció ante el Congreso haber dicho a los asesores del presidente Ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, que “la reanudación de la asistencia militar de Estados Unidos, dependía de la investigación solicitada por Trump”, lo que para los demócratas, es evidencia del abuso del poder para beneficio de la campaña de reelección del Presidente.

Demoledores testimonios contra Trump

El Teniente Coronel Alexander Vindman, Director de la Oficina de Ucrania en el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca, presentó dos reportes al Asesor Jurídico del Consejo Nacional de Seguridad y de la Casa Blanca, tras escuchar la llamada, como parte de sus obligaciones, externando su preocupación por la forma indebida en que el Presidente pidió a su homólogo de Ucrania, investigar a ciudadanos estadounidenses, minando la Seguridad Nacional. En respuesta, le recomendaron “no comentarlo”.

‘El embajador William Taylor, respetado y experimentado político estadounidense, describió la forma en que se le comunicó la presión al gobierno de Volodymyr Zelenskiy:

“Soundland dijo al Sr. Yermak (asistente del Presidente de Ucrania) que la asistencia en Seguridad no sería entregada hasta que Zelenskiy se comprometa públicamente, frente a las cámaras, a abrir la investigación” dijo en su testimonio el Embajador William Taylor, ahora representante diplomático de Estados Unidos en Ucrania.

Taylor, cumple 50 años de servicio, primero en la División 101 de Paracaidistas en la guerra de Vietnam, a la que Trump evitó ir a servir a su país y luego como diplomático en Irak, Afganistán y en 2006, como Embajador en Ucrania.

LEG