La octava edición del Festival de Arte Callejero y Circense Ozomatli, que reúne a artistas y artesanos callejeros de México y el mundo, llegó a su fin este 17 de noviembre con una gala que reunió lo mejor de la danza, el clown, los malabares, la música y otras disciplinas artísticas.
La agrupación Murga Ozomatli, organizadora del festival, realiza varias actividades culturales en la calle todo el año, con la finalidad de hacer de las vías públicas un espacio de convivencia y de invitar a las personas que trabajan en las calles o son espectadores a unirse a los espectáculos que presentan.
Edgar Jiménez, coordinador artístico del escenario Papalotl en la calle de Regina platicó con 24 HORAS sobre el objetivo de Murga Ozomatli: “queremos recuperar las calles para que no sean un espacio de ocio o, si va a ser un espacio de ocio, que sea de ocio lúdico, donde la gente aprenda, donde cualquiera que no se ha asomado a un teatro pueda ver una función de calidad. Ese es el objetivo del festival: que se viva la calle de una forma comunitaria”.
Al evento se presentaron alrededor de 70 artistas a mostrar sus actos. Pese a que hubo una participación menor de artistas extranjeros debido a que no se obtuvieron apoyos para costear sus viajes, ellos decidieron asistir pagando sus gastos.
El coordinador también señaló que iban a ser originalmente cinco sedes desde las que se iban a presentar espectáculos del 14 al 17 de noviembre, sin embargo, no se lograron los permisos para presentarse en la Alameda y sólo se presentaron en la calle de Regina, las plazas de Santo Domingo, la Aguilita y Manuel Tolsá.
“Hemos tratado de trabajar con el gobierno para tener más funciones y hay una cartelera que están usando qué es muy similar a las nuestra, sino es decir igual, que es hacer funciones y talleres eso ya lo hicimos una vez en el festival (…) cuando estuvimos en el Centro [histórico], Xochimilco e Iztapalapa”, recordó Jiménez. Sin embargo, también mencionó que en la octava edición no hubo talleres.
Uno de los temas que fue ampliamente mencionado a lo largo de varios espectáculos fue que todo se financió por aportaciones voluntarias. Respecto a la gestión del festival, Edgar Jiménez destacó: “los que estamos involucrados en el staff somos artesanos o artistas o gente que tiene que ver con el medio”. Es decir que ningún difusor, manager o caza talento lo gestiona.
Murga Ozomatli lleva ocho años haciendo estos festivales. Según el coordinador, desde hace dos o tres años realizan murgas callejeras (desfile propio de carnavales y fiestas patronales donde se canta, baila o toca música) en el Centro histórico e Iztapalapa para hacer que la gente se una y marche disfrazada en un carnaval hecho por la propia comunidad.
Aún no hay información de sus próximas presentaciones, pero las actividades se publican en su página de Facebook, MURGA OZOMATLI, y su página web, festivalozomatli.com
PL