La aspirante a ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) Diana Álvarez Maury, dejó en claro al Senado de la República que de ser electa para el cargo, hará una gestión profesional, independiente e imparcial.
Aseguró que no tiene ni ha tenido ningún vínculo de amistad o parentesco que pudiera afectar la independencia de su función y sus decisiones. “No tengo intereses personales, partidistas o de grupo que pudieran influir en mis decisiones. Nunca las he tenido. Podré resolver los asuntos sin permitir que ningún tipo de influencia, favoritismo o prejuicio afecten mis determinaciones o juicio”, comprometió.
Lo anterior en el marco de su comparecencia ante la comisión de Justicia del Senado como parte del proceso de elección de la nueva ministra de la SCJN que ocupará el lugar del ex ministro Eduardo Medina Mora.
En este contexto, señaló que la justicia es dinámica, no estática y por tanto la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe ser un instrumento eficiente para el cambio en la justicia social.
Consideró que la Corte debe mantener una elevada calidad y técnica jurídica, pero también debe mirar siempre a la justicia como valor, como voluntad y como impulso; es la constante y perpetua voluntad de dar a cada quien lo suyo.
Consideró que el máximo tribunal del país, debe abrir sus puertas a la gente, “a la visión y expectativa de todas las personas, grupos y comunidades, porque las leyes, sin adhesiones y entusiasmos están vacías”.
En ese sentido, dijo que quiere ser una ministra extramuros, que se esfuerce por usar todos los sentidos para ver, escuchar, palpar, visitar y apreciar la mejor visión multidimensional del caso. Los casos son problemas y vivencias, no sólo expedientes.
“Los titulares de los Poderes de la Unión son responsables de preservar el Estado de Derecho, pero también les corresponde hacer que el Estado de Derecho sea la vía para lograr un Estado de justicia, un Estado de paz y desarrollo” y sugirió que se debe mejorar la productividad y oportunidad de la Corte.
Diana Álvarez es subsecretaria de Desarrollo Democrático, Participación Social y Asuntos Religiosos de la Secretaría de Gobernación. Es maestra en administración de empresas por la Universidad de las Américas y licenciada en Derecho por el ITAM.
Se ha desempeñado como asesora del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE), cuando se integró por primera vez la figura del Consejero Ciudadano. Es cofundadora del Instituto para la Promoción de la Cultura Cívica, A.C. y miembro de su Consejo Directivo.
Ha sido asesora de legisladores federales y de panelistas para la resolución de controversias en materia de TLCAN, fue comisionada Ciudadana del Comité Delegacional en Coyoacán.
DAMG