Con 107 votos a favor y uno en contra, el Senado ratificó el protocolo modificatorio al Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y dos acuerdos paralelos firmados entre los dos primeros países este 10 de diciembre.
Previamente, el subsecretario para América del Norte y jefe negociador del acuerdo, Jesús Seade, explicó a los integrantes de las comisiones dictaminadoras, de qué trataban los pactos firmados en paralelo.
“No son gran cosa”, advirtió al indicar que ambos se relacionan con el tema ambiental: uno sobre el acuerdo de Humedales y otro sobre Cooperación Ambiental y Verificación Aduanera.
“Lo que dice el acuerdo de Humedales es que la autoridad no está limitada a continuar con proyectos de desarrollo” y de afectar al medio ambiente, se buscará compensarlo; como podría ser el caso de la construcción del Tren Maya.
En el segundo acuerdo, “los países reconocen la observancia y la aplicación efectiva de las leyes ambientales, bajo el capítulo 24 del T-MEC, forma parte del comercio entre las partes”, dijo.
En un video que compartió en sus redes sociales, el presidente Andrés Manuel López Obrador resaltó que ahora toca a los representantes legislativos de EU y Canadá ratificar la adenda.
“Es una muy buena noticia, ya nosotros cumplimos, ya lo firmó el Ejecutivo, lo ratifica el Senado de México, ahora corresponde hacer lo mismo al Congreso estadounidense y de Canadá”, expresó.
Por segunda ocasión, México toma la delantera en este acuerdo, pues fue el primer país en ratificar el tratado, mientras que Estados Unidos y Canadá tienen pendiente el aval completo.
Aún hay desacuerdos
En la Cámara alta, Seade reiteró que México no aceptará ningún tipo de “inspector” en materia laboral, “es algo que no nos gusta, es algo que no vamos a aceptar”; ello ante la intención de la embajada estadounidense de contratar a un “agregado laboral”.
Explicó que tres meses después de haberse ratificado en los tres países entrará en vigor, por lo que de seguir el trámite como está planeado, en primavera ya habrá acuerdo comercial.
Durante el proceso, el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal, comentó que para algunos es impresionante y revelador, que “un Gobierno y un Presidente de la República al que han estigmatizado y le han etiquetado el mote de radical, populista, socialista, comunista, sea quien le esté generando al país certidumbre, estabilidad, seguridad”.
La ex subsecretaria de Relaciones Exteriores, Vanessa Rubio, expresó su preocupación por la elección de los panelistas laborales y las facultades de revisión en nuestro país.
“Aunque se quiera decir que no es una autoridad de otro país, sino un panelista internacional, va a acabar siendo un ciudadano de nuestro socio comercial con facultades de revisión en México”, advirtió.
Difieren sobre alcance ambiental
Si la adenda del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) implica que México sí tenga que cumplir los acuerdos internacionales vigentes, se esperarían sanciones económicas como aranceles inmediatos, pues ya existen violaciones actuales en la materia, indicó el ecologista y ex candidato presidencial Gabriel Quadri en entrevista con 24 HORAS.
“Eso abriría la puerta, afortunadamente, para que se le impongan sanciones comerciales a México por cuestiones como lo que está ocurriendo en el alto Golfo de México con la vaquita marina. Que se le imponga un embargo pesquero por permitir y alentar la devastación; provocar la extinción por la incapacidad de vigilar y aplicar la propia ley contra la delincuencia pesquera”, expresó.
Resaltó que sería benéfico para México, pues actualmente se tiene “desmantelada” la política ambiental.
En tanto, para Gustavo Ampugnani, director de Greenpeace México, el tema es ausente en el tratado, y coincide en que en la administración actual no hay un interés.
Un ejemplo es que el documento “deja la puerta abierta para las empresas petroleras puedan demandar al Estado mexicano en caso de que quisiera crear regulaciones para el sector energético”.
“El tema ambiental no ha sido importante ni en la versión que aprobaron el año pasado ni con la adenda. Es muy flojo, no hay un interés, el hecho de no mencionar el cambio climático, que los procesos industriales del sector energético han dañado la atmósfera, nos hacen ver que si hay un capítulo ambiental es para pintar un poquito de verde ese acuerdo”.
Como parte de la adenda ambiental, México y Estados Unidos acordaron respetar la Convención de Ramsar, sobre todo en la parte de que se pueden añadir a la lista los humedales considerados interés nacional urgente.
El especialista minimizó el compromiso, pues éstos han ido en devastación en los últimos años.
LEG