Todo se ha hecho con discreción.

Como corresponde a la vida privada, a la vida familiar.

Un día sorprendió a los reporteros vigilantes de sus actividades con la noticia:

-Vivo en Palacio Nacional.

Y efectivamente, ahí dormía todos los días.

Cumplió su viejo sueño, habitar ese edificio símbolo de los poderes nacionales, aunque al final descartó ocupar la recámara de Benito Juárez.

El sabrá por qué.

En lugar de esa histórica recámara, atracción de turistas y sobre todo tema de estudiantes, Andrés Manuel López Obrador ocupó un pequeño departamento ubicado en el ala sur.

Un espacio habilitado por su némesis Felipe Calderón Hinojosa, acaso hasta ahora el principal actor opositor a su política y blanco de sus críticas.

Se cambió en silencio y vivía en silencio.

Pero algo pasó.

Sea por la falta de discreción, porque desde ahí se despachan muchos asuntos de trascendencia para el país o, más bien, porque la familia se lo pidió.

PROTECCIÓN DE SHEINBAUM 

Total: ya no duerme ahí todos los días.

Ahora escoge cuatro o cinco días de la semana para pernoctar en su casa de Tlalpan, donde su esposa Beatriz Gutiérrez Müeller y sobre todo su hijo Jesús Ernesto se sienten más a gusto.

Por supuesto las nuevas pernoctas han cambiado las actividades y eso si afecta a otras esferas de Gobierno.

Por ejemplo, la seguridad.

Desde la campaña prometió desaparecer el Estado Mayor Presidencial (EMP) y aunque ha reaparecido bajo otros nombres y funciones discretas –la protección a Evo Morales, actos oficiales, como el del Consejo Nacional de Seguridad Pública (CNSP)-, él no usa esos remanentes.

En consecuencia, el problema es para el Gobierno de la Ciudad de México.

Claudia Sheinbaum, solícita con el jefe, ha integrado un equipo de protección con personal muy especializado para garantizar su seguridad en los frecuentes e incrementados recorridos por la urbe.

Porque no nada más viaja de Tlalpan a Palacio Nacional de madrugada y viceversa muy noche, sino también a otros lugares de manera imprevista para mantener sus relaciones personales y políticas.

Por eso es posible verlo –y me consta al menos en tres ocasiones- va con una avanzada, motociclistas a distancia, escolta y hasta una ambulancia.

Su seguridad está garantizada.

NUEVO ESCÁNDALO CON PEÑA 

No terminan los escándalos de ex colaboradores de Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República.

Una fuente de esas malas noticias es Humberto Castillejos, director jurídico en aquellos tiempos y con mucha saga por delante, y en estos días crece el rumor de un nuevo conflicto entre la clase política.

Según la nueva versión, un colaborador de Castillejos llamado Diego Ruiz se quedó con oficinas suyas en la calle de Mazatlán en la Colonia Condesa

Lo denunció un hermano del ex gobernador de Guerrero Ángel Heladio Ramírez, y hoy se habla de estafas y daños por más de 20 millones de pesos.

Esta historia apenas comienza, pero dele usted seguimiento porque habrá escándalo y, lo peor, todo deriva hacia el ex presidente Peña Nieto.

Material muy útil porque todos los problemas de ahora son culpa del pasado y del neoliberalismo, menos el enriquecimiento de Manuel Bartlett Díaz, hoy director de la Comisión Federal de Electricidad.

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.