Etiopia, Kenia y Somalia se enfrentan a enjambres de langostas del desierto, que han alcanzado un tamaño que les otorga un potencial destructivo sin precedentes, alertó hoy la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Si no se intensifican los esfuerzos contra esa voraz plaga, no vista en los pasados 25 años, la amenaza se extenderá a toda la región que pondrá en riesgo su seguridad alimentaria, agregó en un reporte difundido este lunes.
El director general del organismo, Qu Dongyu, llamó a una campaña colectiva de los gobiernos del área para hacer frente a la crisis, pero también a la comunidad internacional, para que envíen su apoyo financiero y de esta manera los países afectados puedan contar con los equipos y recursos necesarios.
Los enjambres, con cientos de millones de insectos, pueden alcanzar una distancia de desplazamiento de 150 kilómetros diarios, a lo largo de los cuales devastan los medios de subsistencia de las comunidades agrícolas por las que pasan.
De acuerdo a los especialistas, un insecto devora su propio peso cada 24 horas, es decir, alrededor de dos gramos.
La FAO advirtió que la propagación y tamaño de las infestaciones está muy por encima de la media, lo que pone a prueba la capacidad de las autoridades nacionales y locales de los tres países.
El organismo multilateral estima que son necesarios 70 millones de dólares, en lo que se refiere a medidas de urgencia, como control de plagas y protección de los medios de subsistencia.
Por lo pronto se encuentran en alerta Egipto, Eritera, Arabia Saudita, Sudán y Yemén, que ya observan una importante actividad reproductora de sus propios enjambres de langostas del desierto, indicó la FAO.
RYHP