Las lesiones dolosas contra mujeres aumentaron 16% en los últimos cinco años; en 2015 registraron 56 mil 422, mientras que en 2019 hubo 65 mil 457, lo que refleja un incremento de nueve mil 35 víctimas. El año pasado se contabilizaron 179 delitos diariamente.
Los estados con mayor número de casos son: Estado de México, 16 mil 345; Guanajuato, seis mil 665; Jalisco, cuatro mil 306; Michoacán, tres mil 534; y Baja California, tres mil 362, entre otros.
En el mismo período, el rubro de mujeres víctimas de homicidio doloso también va al alza con 62.48%, y los feminicidios crecieron 137.47%, de acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública.
María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF), indicó que en muchos casos la autoridad no clasifica las lesiones que ponen en riesgo la vida como tentativas de homicidio.
“Ahí tenemos una discusión, por ejemplo, a veces las lesiones de ácido que les han arrojado a las mujeres, la autoridad no lo quieren calificar como tentativa, sino como lesiones dolosas; entonces, las penas son mucho menores porque la explicación es que no pusieron en riesgo la vida”, manifestó a 24 HORAS.
Abundó que eso ocurre en las tentativas de feminicidio, debe acreditarse las razones de género; y añadió que las lesiones están en zonas vitales, en el caso del ácido, las deja incapacitadas.
Ximena Ugarte, abogada del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (Imdhd), explicó que las lesiones se cometen con conocimiento de querer ocasionar daño, “no es un atropellamiento involuntario o una situación accidental”.
Resaltó que en el sistema jurídico las lesiones se clasifican en dos formas: las que tardan en sanar menos de 15 días y aquellas de más de 15, sobre éstas se encuentran las que pueden dejar secuelas permanentes.
La litigante destacó que este tipo de casos tienen una particularidad, alrededor de 70% se cometen en los círculos cercanos del ámbito familiar, el resto en la vía pública y estos asuntos tienen que ser investigados con perspectiva de género.
“Si estas lesiones ocurrieron en un ámbito de lo familiar, en un espacio privado, donde la mujer convive de manera íntima con el sujeto agresor, evidentemente debería tener otro tipo de línea de investigación y sanciones, no es lo mismo recibir estas lesiones en una riña en la calle que dentro de la casa, porque hay una relación de pareja”, refirió a este diario.
LEG