Cuando la realidad se deja ver con la crudeza de la violencia actual en el país, con énfasis en la epidemia de feminicidios que sufre México y cuando la economía acumula ya un año sin crecimiento y va por el segundo, no hay propaganda que pueda contrarrestar lo que un país padece en carne propia. Pero lo intentan, porque son expertos.
Se implementó con gran éxito el principio goebbeliano de la transposición, que indica que, si no se pueden negar las malas noticias, se deben inventar otras que las distraigan, como la rifa de un avión o el rescate de Pasta de Conchos.
Le llevan ventaja a sus opositores porque a éstos no les gusta leer. Realmente vale la pena profundizar en la manera en que la 4T usa con maestría los principios propagandísticos.
Hay que ver que otro principio propagandístico, el de la simplificación, es de enrome utilidad en estos momentos. Reza este principio que hay que adoptar un símbolo para individualizar al adversario en un único enemigo: por ahora, el neoliberalismo.
Durante años se ha vulgarizado este término para hacerlo un sinónimo de malignidad, esa constancia es parte también de una estrategia propagandística.
Pero en su concepto más puro, el actual gobierno es perfectamente neoliberal. Y esto para nada es una descalificación, ni un insulto al presidente Andrés Manuel López Obrador y su 4T. Al contrario, es lo único que nos permite que a estas alturas al estancamiento económico no le hayamos sumado una crisis financiera.
Hay una obsesión presidencial con la estabilidad macroeconómica, con el equilibrio de las cuentas públicas, con la estabilidad de los índices inflacionarios, con la relación entre la deuda y el Producto Interno Bruto, y hasta con la efímera estabilidad del tipo de cambio. ¡Qué puede haber más neoliberal que acariciar todos estos principios!
Así, el presidente valora la estabilidad de precios que ha conseguido el Banco de México con su política monetaria, que se acompaña de altas tasas de interés, que se convierten en atrayentes de importantes montos de inversión extranjera de portafolios, que permite tener un tipo de cambio apreciado frente al dólar. Todo un sueño salvaje de los neoliberales.
La estabilidad macroeconómica, que ojalá perdure, se acompaña de la decisión tecnócrata de profundizar en el camino del libre comercio con Estados Unidos. Y aun otorgando más ventajas de las pensadas al gobierno de Donald Trump, pero la 4T logró concretar el T-MEC para que el “free trade” goce de cabal salud. ¡Ole matador neoliberal!
La propaganda dice: hay que mandar a los conservadores, neoliberales, neoprofiristas al leprosario con una enorme letra escarlata que los identifique como los causantes de todos los males, incluido el cobarde asesinato de una menor. Hay una clientela política que lo cree todo.
Pero, al mismo tiempo, con la otra mano, pueden presumir que la cotización del peso frente al dólar logró su mejor nivel en 18 meses, como lo haría cualquier tecnócrata que se respete.
@campossuarez