Las campañas públicas contra la obesidad y el sobrepeso que afecta a millones de mexicanos enfrentan a un fuerte competidor: la publicidad. Cada hora, por cada mensaje de la Secretaría de Salud el consumidor está expuesto a, por lo menos, 11 anuncios publicitarios de bebidas azucaradas, cereales, papitas, galletas y otros productos industrializados.
En tanto, a nivel global, por cada dólar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) invierte en mejorar la nutrición de la población, las compañías gastan 500 dólares en la publicidad de sus alimentos industrializados, según releva el Atlas de la Comida, editado por universidades inglesas.
La Secretaría de Salud en México destinó en los últimos tres años más de 600 millones de pesos en campañas para prevenir la obesidad en medios de comunicación como parte del Programa de Prevención contra la obesidad, cuyo objetivo es contribuir a mejorar la salud de la población.
Salomón Chertorivski, titular de Salud, respondió señaló que “en general, la mayor actividad que se realiza en este sentido es en materia de comunicación, de promoción hacia hábitos de vida saludables, hacia la concientización y un trabajo colaborativo”.
Esto, debido a la elevada incidencia del problema. De acuerdo con la secretaría, 70% de la población adulta y una tercera parte de los niños tienen problemas de obesidad y sobrepeso. Aunado a lo anterior, cada año se destinan 42 mil millones de pesos para la atención de personas con estos padecimientos y aquellos relacionados como la obesidad, hipertensión o daños cardiovasculares.
No obstante, las empresas gastan millones de pesos en publicidad para televisión y radio. Reportes sobre sus gastos indican que Coca Cola destinó dos mil 900 millones de pesos a publicidad, mientras que Sabritas gastó mil 150 millones de pesos anuales.
Xaviera Cabada, coordinadora de salud alimentaria de la organización civil El Poder del Consumidor, aseguró que un comercial de la Secretaría de salud compite con, al menos, 11 anuncios publicitarios de bebidas azucaradas, cereales, papitas, galletas y otros productos industrializados que se transmiten en una hora.
“El problema tan fuerte es que las características químicas de estos productos desplazan el gusto por los alimentos naturales y el cuerpo se acostumbra a estos sabores. Si tu propones comer frutas o verduras los niños no lo van a aceptar porque no sabe igual”, dijo en entrevista.
Por otro lado, dijo, las campañas para comer frutas y verduras, tomar más agua o hacer ejercicio no tienen impacto porque no hay disponibilidad de los alimentos, el agua ni los espacios para hacer ejercicio.
La especialista en nutrición subrayó que las campañas del sector público deben mostrar la realidad sobre la obesidad, es decir, que se muestre la realidad sobre los productos industrializados. “Pero aquí en México la industria cabildea para que la información no se muestre y por eso los padres de familia no saben que al darles un agua de sabor a sus hijos, les están dando 14 cucharadas de azúcar”.
En su opinión, los recursos destinados desde el sector público se malgastan porque no tienen el impacto que se requiere, hacen falta acciones más contundentes y campañas con información real sobre los productos.
240 mil mdp gastan las familias mexicanas, en promedio, en alimentos “chatarra”
20 mil mdp los gastaron los niños durante los 10 meses que dura el ciclo escolar
Fuente: María Elena López Loyo, presidenta del Grupo de Trabajo y Seguimiento a la Problemática de Obesidad y Desnutrición de la Cámara de Diputados.
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