La diócesis de Querétaro determinó suspender hasta nuevo aviso todas las actividades pastorales diocesanas, incluida la Procesión del Silencio, que se celebraba de forma ininterrumpida desde 1966 el Viernes Santo en las calles del Centro Histórico local, a causa del COVID-19.
El padre Gustavo Licón Suárez, presidente de la Comisión Pastoral de la Comunicación de la Diócesis de Querétaro, informó en rueda de prensa que la restricción incluye las actividades parroquiales, de santuarios, templos y rectorías de índole comunitaria como retiros, asambleas y peregrinaciones.
El prelado comentó que en cuanto a las celebraciones especiales, como bodas, XV años, funerales y otros, se deberá buscar un diálogo comprensivo con las personas interesadas y el párroco para determinar si se agenda para otro momento o si se celebra con las debidas precauciones.
Respecto a otro tipo de sacramentos, como la unción de los enfermos, los sacerdotes atienden a los fieles que en conciencia lo soliciten, extremando las precauciones y las medidas sanitarias de prevención y de contagio.
“Los templos parroquiales, capillas, santuarios, y rectorías permanecerán abiertos, procurando que se observen las medidas de seguridad y de higiene, a fin de que los fieles no se vean privados de un espacio donde puedan hacer oración de manera individual”, especificó el prelado.
EAM