La desconfianza es nuestra nueva realidad:
Emilzan
Fundeú BBVA considera que el término “infodemia”, que se emplea para referirse a la sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra falsa) sobre un tema, está bien utilizado y se considera válido. La Organización Mundial de la Salud (OMS) emplea desde hace tiempo el anglicismo “infodemic” para referirse a un exceso de información acerca de un tema, que en su mayoría son noticias falsas o rumores que dificultan que las personas encuentren fuentes y orientación fiables cuando lo necesiten.
Desde finales del 2019, el SAR-COV2 se ha extendido por todo el mundo a una velocidad vertiginosa, pero aún más rápido se ha extendido la desinformación sobre él, lo que está generando que se agrave el brote.
La OMS considera que la “infodemia está obstaculizando las medidas de contención del brote, propagando pánico y confusión de forma innecesaria, generando división en un momento en el que necesitamos ser solidarios y colaborar para salvar vidas y para poner fin a esta crisis sanitaria”. El organismo insiste que “se trata de una falta de información desde los medios de comunicación y que está desembocando en una alerta generalizada a través de los ciudadanos”.
Una de las primeras consecuencias de la infodemia es la “Alarma social” y el desconcierto. Los mensajes contradictorios producen confusión en general, pero la intencionalidad de la falsedad comprende desde la falsificación de notas oficiales, el fomento de la xenofobia, la estigmatización de comunidades concretas como la china, o el apuntalamiento de agendas y posiciones políticas que socavan la legitimidad de los gobiernos.
La diferencia entre el SAR-COV2 y otras muchas epidemias que cambiaron el curso de la historia reside, precisamente, en la capacidad de “viralizar” el miedo, la ignorancia y el desconcierto que provoca. Sobresalen la velocidad y efectividad con que ha amplificado las vulnerabilidades de un mundo conectado física y comunicativamente de manera global. Mientras se lucha por la contención del virus a escala planetaria, la OMS también nos ha declarado víctimas de la “infodemia”, es decir, de una sobrecarga de información no fiable que se propaga rápidamente entre la población.
Otra consecuencia de la crisis epidémica es la agresividad de las agendas políticas. Carme Colomina, investigadora del Centro de Asuntos Internacionales de Barcelona, asegura que “una sociedad desinformada, asustada, que se sienten vulnerable, pueden aumentar la presión y el descontento sobre sus gobiernos”. Esto ya ocurrió desde el primer momento en la zona cero del virus en la ciudad de Wuhan, cuando la maquinaria de propaganda gubernamental china tuvo que hacer frente a las críticas contra los medios oficiales que recorrían internet sorteando la censura con palabras clave y videos protesta.
Colomina explica que, en Europa, la crisis pasa factura a la lenta reacción comunitaria. La respuesta inmediata de la extrema derecha en Francia, Alemania o Italia ha sido reclamar la introducción de controles más estrictos en las fronteras. Arremeten contra “la religión” de una Unión Europea de libre circulación y exigen el cierre de fronteras para proteger a sus ciudadanos “sea cual sea la situación”.
Colomina asegura que los discursos políticos de la extrema derecha están llenos de ejemplos recientes que vinculan inmigración y amenazas sanitarias. Se trata de agitar el miedo, de alimentar la idea de la amenaza exterior. Las oposiciones en todo el mundo piden que se “revele la verdad sobre los casos de coronavirus”.
En este contexto, en México ya se conjugan alarma y confrontación política. Hay grupos que pretenden llevar agua a su molino político en estos momentos de crisis. Sin embargo, la crisis pandémica dejará a su paso muerte y afectaciones económicas que son impredecibles, salvo que las medidas de contención resulten efectivas.
El gobierno por sí mismo no puede resolver esta crisis, requiere del acompañamiento y la colaboración de la sociedad civil y política, así como de sus principales actores. Los juicios habrá que dejarlos para después. No son tiempos de regateos mezquinos a cambio de poder o posiciones políticas.
Estamos ante un escenario inédito e incierto en donde miedo e ignorancia pueden imponerse. El miedo y la ignorancia nos llevan al desfiladero y a la confrontación. En momentos de crisis es cuando el ser humano muestra sus mejores y peores facetas.
Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía, asegura que “nuestra consoladora convicción de que el mundo tiene sentido descansa sobre un fundamento seguro: nuestra capacidad casi ilimitada para ignorar nuestra ignorancia”. ¿De qué lado estás? Del miedo, de la ignorancia o de la confianza.
De la libreta
1) Especialistas de la UNAM aseguran que en medio de la crisis provocada por el COVID 19 debe realizarse un esfuerzo extraordinario para capacitar, informar y dotar de equipamiento al personal médico y de enfermería. Ellos son el primer frente de batalla ante la pandemia que enfrentamos.
2) La Secretaría de Salud niega que exista un sub-registro de los casos de COVID 19 y califica como un rumor que los casos de COVID 19 se estén suplantando como casos de neumonía atípica. Esto es parte de la infodemia.
@HectorHerreraAR
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