El supermercado Broad Branch Market cuenta con seis nuevos empleados desde finales de marzo.

Se trata de unos robots encargados de reparto que entregan las compras en las casa de los vecinos de Chevy Chase, en las afueras de Washington DC, ayudando así a cumplir la distancia social implementada por el gobierno para evitar la propagación del coronavirus.

Tracy Stannard, propietaria de dicho negocio, explicó a medios locales que estos aparatos reparten en una hora las órdenes que sus clientes hacen a través de una aplicación móvil, aunque también aceptan pedidos vía correo electrónico.

La única condición para poder utilizar dicho servicio es que los clientes no vivan a más de una milla de distancia de la tienda.

Stannard, asegura que los vecinos de la zona al noroeste de Washington, están encantados con el sistema de reparto a domicilio, por lo que se han planteado seguir utilizándola, aún después de que pase la pandemia.

“Les encanta, realmente los quieren (a los robots), todo el mundo llama sólo por el robot, no les importa lo que hay en su interior”, afirma la mujer.

La empresaria también se encarga de revisar muy bien las listas de sus clientes antes de cargar a los robots, que son de color blanco y que se alinean a la salida de su local a la espera de cumplir su cometido del día.

 

con información de medios

EFVE