Foto: Pixabay Ambos son cristianos comprometidos y han tomado fuerza de su fe en medio de la pandemia  

La boda tenía todas las características tradicionales de la ocasión: un vestido blanco para la novia, un traje para el novio y alrededor de 240 invitados.

Pero las circunstancias son únicas. La pareja se conoció hace un mes en un refugio para personas sin ningún otro lugar a donde ir durante la cuarentena nacional para contener la expansión del coronavirus en Colombia.

María Cecilia Osorio, de 39 años, trabaja como misionera cristiana y se encontró sin dinero para pagar el alquiler cuando comenzó la cuarentena en marzo. Ella aceptó un lugar en un refugio en Manizales, la capital del departamento de Caldas, en la región cafetera del centro de Colombia.

Alfonso Ardila, de 72 años, es un obrero de la construcción y, como muchos empleados informales en el país, vio desaparecer su trabajo por el aislamiento. Incapaz de pagar el alquiler y sufriendo las secuelas de una lesión en la cabeza que sufrió en el trabajo, buscó refugio en el albergue.

“Yo llego a este lugar donde nadie me miraba ni nadie me saludaba, pero aquí encontré a alguien que me amaba y se preocupaba por mí”, dijo Ardila a Reuters, al asegurar que las convulsiones causadas por su lesión pararon desde que conoció a Osorio.

Aunque la boda al aire libre de la semana pasada, con sillas y un altar armado por otros residentes del refugio, se produjo en circunstancias inusuales, tuvo la dosis habitual de nervios.

“Me dijeron que a las cuatro de la tarde empezaba la ceremonia, que a las tres tenía que estar más allá de los arreglos y todo eso”, relató Osorio.

“Yo a medio día todavía no lo puedo creer, porque mi esposo fue el que adelantó todo, yo tenía un poco de susto (miedo) porque a pesar de que a mí me estaban vistiendo y eso, yo no lo creía todavía”, agregó.

El vestido blanco de Osorio estaba acentuado con una faja azul, y la parte posterior fue sostenida por dos damas de honor con ajuares morados y tapabocas verdes.

Ambos son cristianos comprometidos y han tomado fuerza de su fe en medio de la pandemia. “Nos dio fuerza y ​​no tenemos miedo”, aseguró Ardila.

La pareja ahora comparte espacio en una tienda de campaña en el refugio y espera el final de la cuarentena el 11 de mayo.

“Porque en realidad nosotros salimos de acáLa pareja se conoció hace un mes en un refugio para personas sin ningún otro lugar a donde ir durante la cuarentena nacional sin empleo, no sabemos qué va a pasar con el refugio”, dijo Ardila. “Salir de este lugar así en tinieblas es un temor, pero Dios proveerá”.

Pase lo que pase, la pareja está decidida a disfrutar de otra tradición de boda, aseguró Ardila.

“Aquí no tenemos un lugar aislado para disfrutar la luna de miel, no hemos hecho nada, nada, sino que esperar el momento que llegue para hacerlo con felicidad, hacer la luna de miel con felicidad”, concluyó.

 

EFVE